Volvernos impacientes, perezosos o prudentes sin serlo, es posible. Según un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica de París (Francia), esta imitación de rasgos de personalidad tan conocidos como la pereza puede desarrollarse de forma inconsciente, asumiendo rasgos que no forman parte de nuestro comportamiento, como si fueran propios.
¿Por qué se produce esta imitación de comportamiento? Según los expertos, las personas tendemos a modificar nuestra actitud para acercarnos más al entorno y personas que nos rodean. Así, es posible la reproducción de estas conductas de una forma inconsciente.
Muy Interesante
Por Confirmado: Oriana Campos