Ir juntos al gimnasio puede poner peligro hasta las relaciones más estables. A continuación te contamos como saber si servirá para fortalecer o destruir tu relación.
Es algo que de entrada suena bien: tu pareja y tú haciendo ejercicio juntos, compartiendo gimnasio y motivación. Por un lado, es una forma de pasar mástiempo de calidad juntos (y si hace poco que salís juntos, una cita que incluya gimnasio, cena y cine es una gran idea, ¿no?). Además, apoyaros el uno al otro en metas de salud y aspecto físico es una forma sana de fortalecer vuestra relación. Ayudar al otro a sentirse mejor con uno mismo también puede aumentar la atracción que sentís el uno por el otro.
Pero hay algunos factores que deberías tener en cuenta para frenar el impulso de que tu pareja en el amor se convierta en tu pareja de gimnasio: Primero de todo: si no tenéis el mismo nivel. Pongamos por ejemplo que tu marca de running está en 5 minutos el kilómetro y tu pareja está mucho por detrás. Digamos que no te pisa los talones precisamente. Probablemente al principio tendrás que ir algo más lenta para ponerte a su ritmo. Pero después de un tiempo la diferencia entre vuestras capacidades puede poner en peligro tu rendimiento y esto puede provocar resentimiento de tu parte (y competitividad insana por su parte).
También pueden surgir conflictos si vuestro nivel de compromiso con el gimnasio está desequilibrado. Por ejemplo, si tú no tienes ningún problema en saltarte una sesión si acontece algún imprevisto en tu agenda, mientras que él puede que jamás se pierda una sesión. Si suplicas una cambio de planes para ver una maratón de series o cenar con amigos, puede que tu pareja quiera vengarse y hacerte pasar un mal rato, y puede hacerte sentir culpable.
La cuestión es la siguiente: no sabrás si eres compatible para entrenar con tu pareja hasta que no lo pruebes. Así que nuestra recomendación es que lo pruebes durante algunas sesiones y veas cómo os sentís. Si te sientes respaldada, a la par que motivada, sigue adelante. Pero si te sientes criticada o menospreciada, puede que lo mejor sea que sigas entrenando en solitario. Mejor ir por separado al gimnasio y continuar siendo una pareja que generar recelos y resentimientos que lleven a discusiones.
¿Y tú? ¿Entrenas sola o en pareja?
Fuente: Womens Health