Lo único abundante en la red de Abastos Bicentenario es la escasez de comida. Algunos pasillos lucen desiertos mientras que otros están surtidos de un solo alimento, como la pasta importada, por la ausencia de los productos básicos como mantequilla, harina, azúcar, arroz, leche en polvo y aceite.
La última vez que llegó mantequilla al Gran Abasto Bicentenario ubicado en Zona Rental fue hace tres meses, mientras que la harina, azúcar y la leche regulados llevan tres años sin aparecer, de acuerdo con una empleada. En las últimas dos semanas llegó arroz en 15.625 bolívares, pasta en 20.000 bolívares y pollo en 65.500 bolívares el kilo. “Pero cuando llega se acaba el mismo día”, afirmó la trabajadora. Además, aseguró que el despacho de los productos regulados no es constante.
La empleada indicó que la calidad del establecimiento ha caído de manera considerable en los últimos cuatro años. Detalló que en ese período ha disminuido el número de trabajadores. De contar con una nómina de aproximadamente 700 empleados, ahora solo tienen 300. “En este momento lo que mantiene las ventas y lo que nos paga los sueldos son la ropa y los productos de higiene personal, porque con los alimentos no hay vida”, dijo.
La escasa oferta de los productos básicos en los estantes de los supermercados oficiales es sustituida por empaques (500 gramos) de pasta importada de Turquía que cuesta 57.200 bolívares, mientras que algunas cadenas privadas fueron obligadas por la Superintendencia Nacional para la Defensa de los Derechos Socioeconómicos a rebajar el precio. La empleada señaló que la semana pasada hubo aceite importado a 80.000 bolívares. Sin embargo, el producto estuvo mucho tiempo en los anaqueles porque los consumidores no se lo llevaban.
“El dinero que gano no me alcanza para comprar alimentos importados”, sostuvo una consumidora que se encontraba en el establecimiento. Dijo sentirse muy mal porque no consigue los productos. No compra arroz desde octubre ni harina desde diciembre. “Hay que patear Caracas para conseguirlos”, afirmó. Por la escasez se ha visto obligada a comprarle a los bachaqueros.
Vanessa Núñez también tiene que buscar los alimentos básicos por toda la ciudad, lo que consideró como bastante agotador. “Son tantas cosas que no se consiguen. Se puede contar con una sola mano lo que sí se encuentra en los supermercados”, indicó. Señaló que no consigue azúcar desde octubre.
En la sucursal ubicada en el CCCT no reciben azúcar, harina de maíz ni aceite vegetal desde que se abrieron sus puertas en septiembre del año pasado. “El abastecimiento no cubre la demanda de los consumidores”, aseguró el supervisor.
Tienen aceite español (1 litro) en 455.000 bolívares, aceite de oliva artesanal en 360.000 bolívares, sal a 11.850 bolívares y pasta importada a 57.200 bolívares.
Génesis Contreras decidió entrar al supermercado porque vio que las personas salían con pasta. “Ahora uno ‘chismosea’ lo que la gente lleva en sus bolsas”, dijo. Expresó que le cuesta conseguir los alimentos y que también están muy costosos. “Uno tiene que ir de sitio en sitio”, indicó.
En el Bicentenario del CCCT recibieron arroz regulado hace tres semanas a 15.000 bolívares. A pesar de que en ese entonces se despacharon dos paletas con 60 bultos en cada una, el producto se agotó en horas de la tarde del mismo día. El empleado indicó que cada persona podía comprar cuatro unidades.
Muchos pasillos estaban surtidos con la pasta importada, pero el área de hortalizas y frutas estaba prácticamente vacía, solo había cambur. Tampoco tenían carne ni pollo.
La sucursal ubicada en Las Mercedes está cerrada. Según un trabajador del centro comercial donde se encuentra ubicada, no abre desde el jueves pasado. “Abrirá pronto, pero con otro nombre”, aseguró.
La cifra
300 trabajadores son los que quedan en el Gran Abasto Bicentenario ubicado en Zona Rental cuando antes eran aproximadamente 700, de acuerdo con una empleada. Afirmó que la calidad ha caído considerablemente en los últimos cuatro años.