Sí, no siempre son una descarga desde las nubes al suelo. Pero son menos frecuentes que los que caen a tierra: de entre todos los rayos que no saltan de una nube a otra, los de tierra a nube solo representan un 10 %, pero tienen un mecanismo idéntico.
Al final, se trata de aire o agua cargados de iones negativos que, por diferencia de potencial, se ven atraídos por una “bolsa” de iones positivos. En situación de calma, las cargas positivas y negativas están distribuidas de modo regular en la atmósfera. Lo que ocurre en una tormenta eléctrica es que las corrientes de aire hacen que los cristales de hielo (+) asciendan y el granizo (-) descienda; como el suelo de la Tierra está cargado de iones positivos (protones), atraen a los negativos, y se produce una corriente que acaba en descarga. Pero a veces, la carga negativa de la nube es tan abundante que en vez de atraerla la positiva de la Tierra, los protones ascienden hacia la nube.
Se llama también descarga inversa. Eso sí, la forma de unos rayos y de otros no es igual. Los que caen de las nubes al suelo tienen menos ramificaciones, pero los que son ascendentes tienen más “brazos”, aunque más cortos.
Fuente: Culturizando
Por: Maria Laura Espinoza
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