Fundada el 22 de diciembre de 1721, la Universidad Central de Venezuela (UCV) es la institución de educación superior más antigua del país. Pese a que su sede principal, la Ciudad Universitaria de Caracas, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000, hoy día este complejo evidencia el abandono que ha sufrido por parte del Estado venezolano, que desde 2008 ha reducido en casi 99% el presupuesto requerido por la institución. Con casi 300 años de historia, y siendo más vieja que la República, la «casa que vence las sombras» atraviesa por la peor crisis desde su fundación.Grietas en los techos y paredes, ventanas rotas, puertas dañadas, pasillos a oscuras, obras de arte deterioradas, salones llenos de polvo y telarañas, baños fuera de servicio, y la naturaleza reclamando espacios en las áreas verdes. La infraestructura de la Ciudad Universitaria se encuentra gravemente amenazada, y no parece haber una pronta solución.
En 2020, el Gobierno solo aprobó 0,97% del presupuesto solicitado por la universidad: se pagó durante seis meses y quedó pendiente la mitad. Para 2021 se aprobó únicamente 2,7% del monto solicitado y hasta los momentos no han recibido un bolívar.
«Sin duda que las causas más visibles de las prolongadas carencias presupuestarias se evidencian en el comprometido mantenimiento de las obras de arte, estructuras edificadas y el paisajismo de la Ciudad Universitaria, especialmente en estas dos últimas, pues ambas deben realizarse de forma continua, con equipamiento y personal que no se tienen porque se adeudan los recursos asignados a estas áreas en 2020 y 2021?, dijo la rectora de la UCV, Cecilia García Arocha.
Patrimonio de la Humanidad abandonado
La Ciudad Universitaria de Caracas tiene 215 hectáreas, de las cuales 70% es terreno verde. El complejo posee un importante número de obras de arte que están expuestas, y edificaciones que tienen más de 50 años, todas con gran valor arquitectónico.
El abandono de las instalaciones salta a la vista. El techo del pasillo hacia la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas está agrietado, hay decenas de ventanas rotas en todos los edificios, la basura y los desechos que producen las áreas verdes se acumulan en diversas zonas y no hay iluminación en ninguna de las áreas.
En junio de 2020, el corredor número 5, ubicado en Tierra de nadie, colapsó. Casi un año después comenzaron las labores de la primera etapa de arreglo con el retiro de las losas. Para esto se usaron dos grúas de 100 y 170 toneladas, que proporcionó el Metro de Caracas.
En un recorrido realizado por El Nacional se observó que en el lugar del colapso ya solo se encuentra una de las grúas. La siguiente etapa de reparación consiste en elaborar un estudio para determinar las causas que provocaron la caída del techo.
Dentro de las facultades el panorama no es muy diferente. Las puertas de los salones de la Facultad de Humanidades y Educación son devoradas por polillas, las losas de los techos se están cayendo, hay filtraciones en casi todas las paredes y el polvo ya acumula varias capas.
En el pasillo entre Historia y Geografía usan pupitres para trancar las puertas para evitar que desde los ventanales de la parte externa pueda ingresar alguna persona. El baño de caballeros no funciona: no tienen grifos, los urinarios están tapados y las pocetas no tienen agua.
El pasillo de las banderas, el complejo del Aula Magna, Tierra de nadie, los pasillos de Faces, Derecho e Ingeniería, y los alrededores del Estadio Olímpico son algunas de las zonas más afectadas dentro de la universidad.
En algunas de las facultades se mantienen renuentes a mostrar el estado de las instalaciones, por lo que no se permite el acceso a la prensa. «Hay intereses de por medio entre el decanato y Estado», señaló un estudiante que pidió no ser identificado.
Déficit de presupuesto
El presupuesto asignado para la dirección de Mantenimiento es de 11.431.933.976,00 bolívares, hoy se adeuda 100% del monto. En el caso del Consejo de Preservación y Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela (Copred), el presupuesto ordinario aprobado para el 2021 fue de 1.445.942.559 bolívares, del que tampoco han recibido nada.
El personal de mantenimiento dentro de las instalaciones no existe. Con sueldos de aproximadamente 3 dólares, los obreros no pueden siquiera cubrir los gastos de traslado hasta la universidad.
En una oportunidad, la UCV contó con el apoyo de 22 obreros de la misión Venezuela Bella, pero estos fueron reubicados en diversas partes de Caracas debido a los arreglos que realiza el municipio Libertador a través del plan Caracas Patriota, bella y segura.
«Al ser Patrimonio para la Humanidad, el valor de las perdidas es incalculable, no estamos hablando de un simple techo, jardín o pared, estamos hablando de una de las más importantes obras arquitectónicas de la región, con obras de arte de inmenso valor y jardines meticulosamente diseñados. Así pues que cada espacio violentado representa más que una pérdida con valor monetario, es un atentado contra todos los venezolanos», señaló García Arocha.
En cuanto a los gastos de funcionamiento de la Universidad Central de Venezuela, se aprobó dentro del presupuesto ordinario 1.709.522.239.860,00 bolívares, a principios de febrero fueron otorgados 23.666.445.578,00 bolívares, es decir 1,38%, y hasta la fecha se adeuda 1.685.855.794.282,00 bolívares (98,62%).
La rectora señaló que en la actualidad, cuando una pandemia ha recordado la gran importancia de tener centros de investigación de punta, el presupuesto destinado para investigación asignado para la universidad es menos del 8% del 100% del escaso presupuesto.
«El Centro de Desarrollo Científico y Humanístico tiene aprobado para apoyar proyectos de investigación en todas las áreas del conocimiento un cifra de 264.588.694.292,00 bolívares. Hasta la fecha solo ha recibido 941.239.419,00 bolívares (0,36%) del monto que le corresponde para 2021. Nuestros laboratorios tienen cada día menos equipos y dotaciones que limitan los conocimientos y competencias que adquieren nuestros estudiantes», destacó la autoridad universitaria.
Sin personal de seguridad
Jesús Mendoza, consejero universitario de la UCV, dijo a El Nacional que uno de los grandes temores de los estudiantes es que cuando se pueda regresar a clases presenciales, las instalaciones de la universidad no estén en condiciones para recibirlos.
«En la Universidad Central de Venezuela se está llevando a cabo al menos un hurto semanal. Han desvalijado centros de estudiantes, el Instituto de Medicina Tropical ha sido robado en un año al menos 120 veces y lo han dejado prácticamente sin nada, un instituto único en el país. Es preocupante porque tenemos miedo que cuando regresemos a clases nos demos cuenta que el problema es aún más grande de lo que pensamos», indicó Mendoza.
Los robos y los actos de vandalismo contra la universidad se incrementaron considerablemente en el último año debido a la falta de personal de seguridad.
Recientemente, en una jornada de limpieza realizada por estudiantes en el Aula Magna se encontraron con los alrededores llenos de basura, heces fecales, papel higiénico, cartones e incluso condones usados.
Mendoza aseguró que después de las 6:00 pm esta área de la universidad queda completamente sola, por lo que se presta para que los indigentes entren al lugar o incluso personas lo utilicen para tener encuentros sexuales.
Pese a que los estudiantes y las autoridades realizaron jornadas de limpieza en esta zona, para el momento del recorrido realizado por El Nacional aún se evidenciaban desechos a las puertas del Aula Magna.
«Las medidas fueron tomadas, las direcciones de mantenimiento, cultura y Copred, realizaron una primera jornada de limpieza preventiva. La dirección de seguridad intensificara la vigilancia en este y otros espacios, y esta semana junto a las otras dependencias del rectorado se realizó una reunión en la que se trazaron metas y planes para recuperar este y otros espacios, a través de un programa que estaremos anunciado en los próximos días», afirmó la rectora.
Los representantes estudiantiles también denunciaron hace algunas semanas que sujetos desconocidos irrumpieron en la Escuela de Derecho, donde hurtaron y causaron destrozos.
Los delincuentes se llevaron computadoras, muebles de archivo, un aire acondicionado y el motor de una nevera. También cargaron con material de oficina del área a la que los estudiantes denominan Los Galpones, que está en la salida de la Ciudad Universitaria que da a Los Chaguaramos.
García Arocha precisó que la Dirección de Seguridad tiene activos 130 trabajadores en el campus y los extramuros (Sebucán, Altamira, Escuela Vargas, Salud Pública Antímano, Santa Mónica y Bello Monte), sin embargo, actualmente están asistiendo menos de 20%.
Explicó que un porcentaje de los trabajadores están exceptuados por el decreto del Estado ya que son personas mayores de 60 años o padecen patologías, mientras que algunos están de permiso y otros han dejado de asistir.
«A los pocos que asisten desde el día que inició esta dinámica con grandes esfuerzos se les proporcionan implementos de bioseguridad, les cuesta llegar pues devengan un salario inferior a 3 dólares mensuales que no les permite cancelar transporte público, combustible o emergencias médicas», aseguró.
El consejero universitario reveló que existe un fuerte problema de control y poder entre el personal de seguridad de la Universidad Central de Venezuela, por lo que la mayoría de los trabajadores no tienen acceso a herramientas como linternas. Además, deben dormir en sillas o bancos porque no hay un área de descanso.
La Dirección de Seguridad tiene un presupuesto asignado para 2021 de 562.034.705,00 bolívares. Hoy se le adeuda 100% del monto.
«Desde el Consejo Universitario y desde la Averu se han hecho todas las gestiones, comunicaciones y hasta asistimos recientemente a una reunión con el ministro, donde no solo se ha solicitado y justificado por qué necesitamos una mayor cuota presupuestaria, sino que se nos prometió que antes de finalizar el mes de abril nos cancelarían 75% del presupuesto 2020 que se nos adeuda y la primera parte del asignado al 2021, hasta la fecha no se ha recibido absolutamente nada. ¿A quién más tenemos que acudir?», puntualizó la rectora.
Jornadas de limpieza y atención
Los estudiantes universitarios, en conjunto con las autoridades rectorales, han organizado una serie de jornadas de limpieza en la mayoría de las áreas de la universidad.
El viernes 21 de mayo, un grupo de 15 jóvenes se reunió en la UCV para comenzar con estas labores. Recibieron donaciones de bolsas negras, jabón, escobas, rastrillos, palas y cepillos.
«Desde hace casi un año, la universidad solo cuenta con lo necesario para pagar sueldos y salarios. Se mantiene gracias a los estudiantes, profesores y el rectorado, a toda comunidad universitaria. No por el Estado», indicó Mendoza.
Aseguró que continuarán con las jornadas de limpieza, lo que también confirmó el rectorado de la Universidad Central de Venezuela.
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García Arocha advirtió que se requiere también un mantenimiento especializado, en vista de la condición de Patrimonio de la Humanidad de la Ciudad Universitaria de Caracas.
«No es simplemente barrer; los acabados y fachadas requieren de tratamientos con productos de limpieza especiales, los jardines tienen lineamentos y criterios para ser podados y los techos son estructuras con una alta vulnerabilidad. En todas las áreas implica que se deben seguir protocolos y lineamientos que solo Copred y la Dirección de Mantenimiento pueden dar», señaló.
También agregó: «Son los organismos oficiales los que saben que equipos, materiales y recurso humano se requiere así como que áreas requieren mayor atención, es por ellos que le pedimos a la colectividad, a los egresados y a todos los miembros de la colectividad estar atentos a la campaña que en los próximos días en conjunto realizara la universidad para recuperar algunos espacios».
Mendoza, por su parte, informó que pronto realizarán una jornada de salud para la atención de profesores y de estudiantes, ya que la organización de bienestar estudiantil no cuenta con recursos para hacerlo.
El consejero universitario aseguró que no existen diferencias entre los estudiantes y las autoridades universitarias, sin embargo, consideró que hay un problema de voluntad al momento de resolver los problemas que aquejan a la UCV.
«Lo que hemos visto es que hay un grave problema con la Dirección de Mantenimiento y la Dirección de Seguridad. No estamos de acuerdo con la manera en la que se han manejado las cosas. Sabemos que hay un problema presupuestario y con el tema de las nóminas, pero nos preocupa que no se haya hecho una depuración de esas nóminas, que las direcciones de Mantenimiento y Seguridad no estén realizando labores que realmente se puedan evidenciar. Eso es básicamente lo que nosotros criticamos. Hay un problema de voluntad y con eso queremos acabar», dijo.
En cuanto a las clases virtuales en la Universidad Central de Venezuela, Mendoza aseguró que no han funcionado correctamente. «Hay más ofertas de materias en los últimos meses, pero aun así no cubren el totalidad de la partida universitaria porque hay un déficit grave de profesores. Por ejemplo, de una materia que da una partida para 5 secciones, solo se apertura una», señaló.
«Un profesor instructor, que es el nivel en que se inicia la carrera docente, gana menos de 5 dólares mensuales, un profesor titular cuya carrera académica de más de 30 años y con múltiples estudios de cuarto nivel gana menos de 9 dólares mensuales. ¿Cómo se puede vivir con este salario», aseveró García Arocha.
Fuente informativa: El Nacional.