Las rumbas, escándalos y bochinches que ocurren en el Refugio Sambil de Candelaria son apenas incidentes de fin de semana, si se comparan con los asaltos que ocurren en los alrededores de este hospedaje de damnificados situado en esta parroquia caraqueña.
La afirmación pertenece a vecinos y comerciantes de La Candelaria, quienes han sido víctimas de asaltos y señalan como responsables a sujetos que se esconden en el edificio que iba a ser un centro comercial y fue expropiado por el Gobierno en 2008.
Los entrevistados pidieron vigilancia y patrullaje y que llegue el plan Patria Segura a los alrededores porque ningún operativo ha sido efectivo en la zona.
Hace un mes, según explicó una vecina de Puente Anauco, unos motorizados despojaron de dinero y celulares a ocho personas y luego se escondieron en el Sambil. La testigo explicó que los motorizados sometían a los transeúntes y los obligaban a entrar a un puesto de revistas, donde los robaban. «Le iban a cortar el dedo a una muchacha para quitarle el anillo», dijo la vecina.
Alejandro Rodríguez, es encargado de una tienda de computación y dijo que los robos cerca del Sambil ocurren desde hace tiempo. Recordó que hace un año se metieron al local tres hombres, a las 5pm, y se llevaron 200 mil bolívares en mercancía. «Amarraron a los empleados y me amenazaron con una pistola. Mientras agarraban la mercancía, atendían a los clientes y nadie se dio cuenta de que eran ladrones», contó el comerciante.
Rodríguez dijo que hace un mes robaron frente al local y la policía no se enteró. Explicó que no hay funcionarios que patrullen y que los de la Guardia Nacional no ayudan a las víctimas, pese a que tienen una carpa en la plaza.
En esa misma cuadra, a pocos metros de Puente Anauco, se metieron en una lunchería dos veces en menos de un mes. Yaneth Vergara es la encargada y dijo que los asaltos han sido a las 11 de la mañana y nunca ha habido policías. «Llegan después que todo ha pasado porque unos les avisa. La segunda vez los delincuentes se llevaron la caja con el dinero». Otro vecinos dijo que la cosa era más peligrosa desde que está el refugio, aunque allí vive mucha gente honesta y trabajadora», denunció.
José Rodríguez, encargado de una pastelería, aseguró que los asaltantes someten a las víctimas cuando salen de los bancos Provincial y Banesco. «Les piden el dinero que sacaron del banco porque saben cuánto han retirado, los vigilan en los cajeros».
Debido a la cantidad de asaltos cerca de los telecajeros, el Banco Provincial mantiene personal de seguridad frente a los dispensadores de dinero para evitar que los clientes sean abordados por ladrones.
Fuente: ÚN









