Una mujer de 27 años fue condenada a cadena perpetua sin posibilidad de reducción de pena por el caso de la niña Lola Daviet, de 12 años, quien fue secuestrada, violada y posteriormente asesina en Francia.
Identificada como Dahbia Benkired, la joven es acusada del atroz crimen, que cometió en octubre de 2022, reseñó El Mundo de España.
Benkired, nacida en Argelia el 12 de abril de 1998, estaba en situación irregular en Francia desde 2019, y, aunque hubo un intento de expulsarla, nunca se ejecutó, lo que ha desatado un intenso debate político en Francia.
La acusada, sin antecedentes penales previos, era conocida por las fuerzas del orden únicamente como víctima de violencia doméstica. En 2019 perdió a su padre y en 2020 a su madre, una tragedia personal que, según su hermana, habría desencadenado un desequilibrio mental profundo.
En su testimonio durante el juicio, en la Corte de Asís de París, Dahbia Benkired cambió en varias ocasiones su relato sobre los detalles del crimen, pero nunca negó ser la autora de los hechos.
Según su versión, encontró a Lola justo después de la salida de la escuela y la invitó a subir al ascensor de un edificio en el que ambas vivían. Una vez dentro del apartamento de la hermana de Benkired, quien no se encontraba en casa, comenzó a torturar a la niña, alegando que lo hizo para vengarse de los abusos sufridos por su ex pareja, Mustapha. «Lola era solo una persona más débil que yo», explicó la imputada, justificando su crueldad.
Benkired la obligó a desnudarse, la violó y luego la ató con cinta adhesiva antes de apuñalarla y meterla en una maleta. «Al principio no quería matarla, solo hacerle daño. Pero al haberla violado, ya no tenía sentido dejarla con vida», aseguró.
El juicio, que se celebró en un clima de conmoción pública, atrajo incluso a manifestantes de extrema derecha que pidieron la pena de muerte para Benkired.
Sin embargo, los familiares de Lola pidieron que no se politizara la tragedia. En la sala del tribunal, la madre de Lola, Délphine Daviet, rindió homenaje a su hija como «una persona alegre, feliz con la vida, siempre dispuesta a amar a los demás».
Durante el juicio, la madre de Lola llamó a la asesina «ella», «el diablo», «la cosa» o «el monstruo». Délphine Daviet pidió a la justicia «que haga lo necesario para asegurar que esta persona sea encarcelada de por vida. Que no pida más que cadena perpetua», y el fiscal accedió a su petición.
Diversos expertos en psiquiatría han mencionado trastornos mentales en Dahbia Benkired, pero sin llegar a considerarla incompetente en el momento del crimen. Sus últimas palabras antes de la sentencia fueron: «Pido perdón. Lo que hice es horrible. Es todo lo que tengo».










