En el primer semestre han asesinado 455 adolescentes

En el primer semestre han asesinado 455 adolescentes

Hace dos semanas un estudiante de 13 años fue asesinado en la puerta del plantel por un compañero de clases de 16 años en Caricuao. El joven usó un punzón para atacarlo y fue detenido al día siguiente.

 

El hecho generó consternación en la comunidad educativa de la institución privada Cruz Salmerón Acosta y ha puesto sobre el tapete cómo se ha incrementado la violencia en los últimos años entre los adolescentes. Según un informe estadístico, basado en un monitoreo de prensa hecho por el Centro Comunitario de Aprendizaje (Cecodap), durante el primer semestre de 2014, de los 2.813 casos de violencia contra niños y adolescentes registrados en el país, 455 corresponden a homicidios.

 

El informe estadístico da cuenta que el 75% de los homicidios contra niños y adolescentes, se reportan en el entorno social, es decir en medio de enfrentamientos en las barriadas, robos e intentos de secuestros. Para Fernando Pereira, coordinador de Cecodap, los más comunes son las rencillas.

 

“La mayoría de las víctimas son jóvenes entre 15 y 19 años. El 94.9 por ciento de los atacados son varones, mientras que el 5% corresponden a mujeres”, refirió el experto.

 

El reporte también indica que el 15 por ciento de los asesinatos son por violación de los derechos fundamentales. El 5 por ciento restante está vinculado con violencia familiar. Padres que le pegan a sus hijos. Como el caso ocurrido en San Agustín hace dos meses, cuando un hombre golpeó a su esposa y posteriormente mató a su hija de tres años.

 

Pereira atribuyó el incremento de la violencia a varios factores. Uno de ellos, el desempleo y deserción escolar que conducen al ocio. “Esto promueve el consumo de drogas y a su vez estimula el comportamiento agresivo entre los jóvenes”, explicó. A esto se le agrega, el fácil acceso a las armas.

 

“Los muchachos las compran en el barrio o se las quitan a sus familiares”.

 

El entorno familiar también alimenta la conducta agresiva entre los muchachos. Aquellos muchachos que crecen en hogares disfuncionales, en los cuales el padre agrede a la madre o viceversa, donde hay discusiones permanentes. “Ellos copian ese ejemplo y lo practican en la escuela y en el sector donde viven”, detalló.

 

Urgen planes de acción

 

Para hacerle frente a los comportamientos violentos que desencadenan en finales trágicos, Pereira manifestó la necesidad de que se establezcan políticas y se apliquen medidas de protección para manejar los casos de agresiones que de no controlarse, conducen a asesinatos.

 

Los funcionarios de los cuerpos de seguridad, según el experto, deben fungir como orientadores en las barriadas y también organizar actividades con los Consejos Comunales en aras de frenar las acciones delictivas entre jóvenes.

 

Las instituciones educativas, a su juicio, deben manejar protocolos sobre cómo y cuándo actuar ante situaciones de violencia. Además de reforzar los controles que eviten el ingreso de armas.

 

Imagen referencial

NATALIA MATAMOROS

 EL UNIVERSAL

Comparte esta noticia: