Este miércoles en la mañana, la carrera 15 entre calles 12 y 13 del barrio San Carlos nuevamente se vio abarrotada de personas, muchas de las cuales ni siquiera son de la zona. A una cuadra, un grupo de estudiantes encapuchados preparaba barricadas, pues desde el martes protestan por el asesinato del liceísta Kluiberth Ferney Roa, de 14 años.
En el lugar donde cayó el adolescente, como tributo póstumo yace la silueta que dibuja su cuerpo en el pavimento, donde se lee: “Aquí murió un inocente”. Una especie de altar, frente a donde ocurrió el crimen, fue adornado con flores y velas. Una bandera de Venezuela, una foto del estudiante, los otros elementos que conformaban la escena.
La indignación, rabia e impotencia ante lo ocurrido se vieron reflejadas en cada uno de los que estaban allí.
De manera voluntaria y repentina, los presentes comenzaron a rezar por el alma del joven. Lo propio hizo un grupo de “encapuchados” protestantes que llegó para pedir permiso, hincarse frente al improvisado altar de Kluiberth, y decir unas palabras, que conmovieron a todos, para luego entonar el Himno Nacional.
Inicialmente se dirigieron al liceísta, al que llamaron el “inocente caído”, al que injustamente le cortaron la vida, y luego expresaron: “Juntos venceremos. Sea como sea, así haya más caídos, más presos, no daremos nuestro brazo a torcer. El pueblo venezolano, los estudiantes, están despertando cada día más, esto tiene que terminar. Aquí estamos con usted Kluiberth Roa, por usted rezamos una plegaria. Fuerza Venezuela”, y luego se retiraron, tal como llegaron. (MB)
Fuente La Nación
