Los conductores de autobuses de la parada del distribuidor Bárbula, que prestan servicio hasta Puerto Cabello, San Felipe, San Diego y Maracay, están azotados por el hampa que merodea en esa zona.
Desde mediados de noviembre hasta el 7 de enero, los delincuentes han secuestrado a 48 conductores en sus autobuses para robarlos. Es la cuenta que lleva Rafael Jiménez, víctima de un robo el viernes pasado.
“Estaba descargando a los pasajeros y, apenas se bajó el último, tres tipos se montaron y nos encañonaron a mí y al colector. Me dijeron que arrancara y me ruletearon hasta el barrio Malagón (Naguanagua). Allá me dejaron dos horas hasta que se bajaron. Yo me regresé sin el dinero del día, sin mi billetera, sin mis tres celulares, sin las cornetas de la camioneta, sin el reproductor y sin mi caja de herramientas. Al colector también lo dejaron sin nada”, relata Jiménez, a quien se le ve un chichón en la cabeza por los golpes que le dio uno de los hampones con la cacha de la pistola.
Jiménez trabaja desde hace dos años en la línea Unión La Esmeralda y cubre la ruta desde el distribuidor Bárbula hasta San Diego. Dice que los delincuentes ya tienen un modus operandi para robar. “Son tres o cuatro malandros. Dos con pistolas encañonan al chofer y los otros desvalijan el vehículo. Casi siempre esperan a que uno descargue a los pasajeros y entonces se montan, te ruletean, te quitan todo y te dejan ir. Es como un secuestro”.
Yosbel Flores, de la misma línea, vivió una experiencia similar el 3 de enero. Se queja de la situación, no entiende por qué los policías se concentran solo en el peaje de La Entrada y pide a las autoridades que hagan algo para que cesen los secuestros de camioneteros.
Ambos señalan que las horas más peligrosas son de 3 pm a 7 pm, y que es más probable un atraco de este tipo entre los jueves y sábados. Dicen que para las camionetas que van a Puerto Cabello el tramo más peligroso es el que queda a cinco minutos de El Cambur, justo en el sitio en el que fueron asesinados Mónica Spear y su esposo.
Un gruero que ahora cubre la zona del peaje de Guacara hasta Palo Negro, contó que antes se paseaba por los lados de la Valencia-Puerto Cabello, pero dejó de hacerlo por la inseguridad. “Desde hace dos meses no voy por allá porque esa zona se volvió muy peligrosa. A mí nunca me robaron, pero tengo un amigo que mientras patrullaba por ahí se encontró con un carro accidentado, se paró a auxiliarlo y llegaron unos malandros y los robaron a todos”.
Igual que los camioneteros, este conductor dice estar harto de la situación. Pide más patrullaje y puntos de control a lo largo de la autopista.
Fuente: ÚN