En Boca de Uchire aspiran ver a las autoridades más seguido

En Boca de Uchire aspiran ver a las autoridades más seguido

Podrá resultar paradójico, pero el desplome del puente de Boca Uchire, alegró a más de uno de los pobladores de esa región del estado Anzoátegui.

 

La llegada del gobernador, Aristóbulo Istúriz, al lugar donde cedió la estructura, desató una histeria colectiva. Para la mayoría la ocasión permitió ver por primera vez al mandatario regional visitando la localidad. Al hacer acto de presencia, Istúriz fue abordado con centenares de solicitudes de ayudas y el cumplimiento de promesas electorales.

 

Se escuchaba incansablemente: «Gobernador que pasó con la planta de agua». «Aristóbulo no tenemos empleos y estamos pelando». «El alcalde de aquí es bien malo, deberían sacarlo». » Que bueno que te vemos porque los recursos de los consejos comunales nunca llegaron y nada funciona».

 

El gobernador de la entidad oriental intentó sortear las peticiones y ordenó al personal que lo acompañaba que escuchara los requerimientos mientras observaba los trabajos de la maquinaria pesada con el ministro de Transporte Terrestre, Haiman El Troudi, quien se negó a declarar a El Universal. Aseguró que entre el diario y el Gobierno existe una guerra y «con el enemigo nada».

 

Zoraida Mejías, representante de uno de los consejos comunales que hacen vida en el municipio San Juan de Capistrano, rechazó que solo «bajo situaciones de calamidad es que nos visitan las autoridades».

 

«La caída del puente nos está permitiendo confirmar si las autoridades son de carne y hueso. Ahora vamos a intensificar las protestas para que nos cumplan las promesas electorales. Nos falta agua, operativos de seguridad, alumbrado público y la creación de puestos de empleo. En las calles se ven grupos de muchachos en cada esquina sin hacer nada y eso lo que genera es vandalismo y malandraje. Aquí la pelazón es bárbara», acusó.

 

Mejías recordó que el desplome de la estructura se suscitó cuando se escenificaba una protesta por la muerte de un mototaxista cuyo cuerpo apareció en unos matorrales luego de estar desaparecido.

 

Olga Perales fue otra de las personas que exigió a las autoridades a que reactiven los programas sociales. Pero mientras eso llega, y en compañía de dos de sus sobrinos, ofreció el traslado de los peatones por un pequeño riachuelo a bordo de un viejo peñero que permitía cruzar por un lado del puente a los que llegaban desde Caracas luego de pagar 10 bolívares.

 

«Muchos se quejan porque estamos cobrando para que se no se mojen los pies y no tengan que dar ese vueltón por la vía de Los Llanos. El Gobierno ni la Guardia Nacional nos dice nada, porque saben que estamos pelando por culpa de ellos mismos», aseveró.

 

Ante todas las quejas de abandono gubernamental, Istúriz, prometió que, apenas se instale el puente de guerra, «Boca de Uchire tendrá otra cara. La caída del puente nos permitirá poner pepita la región. Los conductores cuando circulen por aquí no van a reconocer la zona, hasta pipotes de última generación para la basura vamos a instalar y, le daremos empleo a cinco consejos comunales», informó.

 

Debido a la abrumadora presencia de los residentes del lugar exigiendo mejoras, el gobernador se vio en la necesidad de marcharse a bordo de una camioneta junto a El Troudi, y poder coordinar acciones de recuperación alejados del bullicio del colectivo.

 

Operativo a toda marcha

A primera hora de este jueves se habilitó el paso por las dos trochas construidas en los laterales del puente. Mientras tanto, unas cuatro empresas fueron contratadas para encargarse del amasijo de hierro que quedó. Un peso de más de 200 toneladas ocasionó que las bases de la estructura cedieran, justo al momento cuando siete vehículos se encontraban estacionados por una protesta.

 

Dos gandolas con azúcar de uso industrial, tres camiones pequeños (uno pertenece a la flota de la Misión Vivienda), una camioneta pickup doble cabina y un carro particular resultaron afectados. Solo uno de los conductores sufrió un golpe en la columna y está fuera de peligro.

 

Las mismas empresas contratistas que trabajaron durante colapso del puente de Cúpira en agosto del 2012, se encargan de las obras. Una es responsable de habilitar las dos trochas, otra está desmontado la estructura.

 

Una tercera instalará el puente de guerra que estiman terminar en los próximos 10 días y, por último la corporación que se encargará de instalar el puente nuevo de 65 metros de longitud.

 

Fuente: EU

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