Aunque la felicidad nunca sea constante, es importante tener claro que es el fin al que siempre deberíamos llegar. Por eso, es importante evitar ciertas emociones que nos lo impiden.
La ansiedad: La ansiedad es una emoción que acaba por apoderarse de tu cuerpo y de tu mente cuando se vuelve tóxica. Esto hace que te desanimes con facilidad, manifiestes un sentimiento de tristeza e incluso acabes por padecer una depresión. Para combatirlo debes:
•Introducir una rutina de ejercicio físico semanal.
•Rodearte de personas con una mentalidad positiva.
La angustia: Es una emoción que te provoca vivir en un estado continuo de malestar, tristeza, dolor, desazón, queja y lamento. Te paraliza y paraliza tu futuro y el de las personas que tienes a tu lado. Puedes combatirla aprendiendo a administrar los recuerdos positivos con sabiduría.
La insatisfacción crónica: El problema de la insatisfacción aparece cuando se instala.definitivamente en tu vida y en tu quehacer diario. Debes buscar la excelencia por encima de la emoción.
El apego: Es una emoción peligrosa y que debes saber detectar y erradicar. Te convierte en una persona emocionalmente manipulada y que hace que te consideres como un ser incompleto e incapaz de alcanzar lo que te propongas por ti mismo. Por eso, aprender a resolver tus propios conflictos y reconoce tus propios errores.
El enojo: Debe verse como una actitud o fuerza que en determinados contextos te permite superar situaciones difíciles. Es una emoción que puede serte de ayuda en muchas ocasiones. Pero tienes que aprender a distinguir entre el enojo y la violencia. Por tanto, cuando el enojo se transforma en violencia, entonces se convierte en un enojo tóxico. De hecho, debes entender la violencia como una conducta fuera de lo normal y que tiene como único objetivo lastimar al otro.
Fuente: mujernueva
