Elliot Abrams, representante especial del Departamento de Estado ante Venezuela.
El enviado especial de EE.UU. para Venezuela, Elliott Abrams, aseguró este martes que sería un “regalo” si el gobernante venezolano, Nicolás Maduro se presenta a unas elecciones con todas las garantías y compite por la Presidencia con otros candidatos.
“Sería un regalo de alguna forma porque, de acuerdo a las encuestas más recientes que he visto, solo tiene entre un 10 y un 15% del apoyo. En última instancia es una decisión que le corresponde al pueblo venezolano”, dijo Abrams en un encuentro con la prensa internacional.
La opinión de EE.UU., explicó Abrams, es que todos los partidos políticos, incluidos el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), tienen un papel que jugar en el futuro del país caribeño y depende del pueblo venezolano decidir cuánto poder le otorgan.
Pero para Abrams es muy difícil concebir cómo un dictador como Maduro puede jugar un papel en el futuro de Venezuela. “Si quisiera construir una Venezuela democrática, ya tuvo una oportunidad de hacerlo, pero no lo hizo. Esas decisiones se las dejamos al pueblo venezolano. En toda transición en Latinoamérica, hay negociaciones”, consideró el diplomático.
Solo diré que es extremadamente difícil ver cómo podría jugar un papel positivo en unas elecciones democráticas y desde luego no jugó ese papel en las elecciones de mayo del año pasado, destacó el funcionario estadounidense.
Maduro, en el poder desde 2013, se impuso en mayo del año pasado en unas elecciones no reconocidas por buena parte de la comunidad internacional y en las que no participó la oposición.
Como resultado de esos comicios, Maduro volvió a tomar posesión de su cargo el 10 de enero.
El 23 de enero, el jefe del Parlamento, el opositor Juan Guaidó, invocó unos artículos de la Constitución venezolana para reclamar que, como jefe del Parlamento, tiene la autoridad para asumir la presidencia interina del país al considerar que Maduro, está “usurpando” la Presidencia.
EE.UU. fue el primer país en reconocer a Guaidó como presidente y, desde entonces, ha tomado diferentes acciones para presionar a Maduro: desde restricciones de visados a funcionarios venezolanos hasta sanciones a la empresa Petróleos de Venezuela (Pdvsa), una de las principales fuentes de divisas para Caracas.
Abrams avisó de que su Gobierno está “preparado” para presionar más a Maduro con acciones que podrían afectar a la economía y al sistema financiero, así como a altos cargos del “régimen”.
Una de las opciones que EE.UU. está evaluando es la imposición de sanciones secundarias a aquellas compañías que negocien con empresas controladas por Maduro, como Washington ha hecho en el caso de las compañías extranjeras que compraban petróleo a Irán. “Es siempre una posibilidad, pero no estamos ahí aún”.
EFE