Los Proveedores de Servicios de Comunicaciones (CSPs) son ya plenamente conscientes del potencial de las redes WiFi para ofrecer un servicio integral a sus clientes. Al ofrecer conectividad WiFi pueden complementar su cobertura celular, e incluso ofrecer llamadas sobre WiFi en interiores. Ambos servicios tienen un impacto positivo en la experiencia de clientes, por ejemplo, según Ericsson, sólo un 36% de los usuarios está satisfecho con su cobertura móvil en interiores.
De esta manera la conectividad WiFi se convierte en una herramienta de fidelización de clientes y de reducción de churn o tasa de abandono. Por otro lado, los CSPs pueden obtener ingresos adicionales ofreciendo conectividad WiFi a cualquier usuario (aunque no sea de su base de clientes) en espacios públicos como estaciones, estadios o plazas, o bien vendiendo acceso mayorista. Finalmente, la descarga de datos de infraestructura celular a WiFi, conocida como WiFi Offload, supone una reducción de costes significativa para los CSPs.
Como consecuencia los servicios basados en WiFi se ofrecen ya de forma masiva. Sin embargo, en muchas ocasiones, los operadores no están obteniendo el máximo beneficio de sus despliegues ni proporcionando la mejor experiencia de conectividad al usuario. Para aprovechar el máximo potencial del WiFi, los CSPs deben garantizar en primer lugar, que ofrecen a sus clientes una experiencia de conectividad con una calidad similar al de la red celular. De lo contrario, una experiencia deficiente impactaría negativamente en el rendimiento del servicio o incluso en la reputación de la compañía.
Para ello, es importante que los CSPs dispongan de una tecnología avanzada que sea capaz de identificar la mejor red WiFi disponible de modo que, si la red WiFi no tiene la suficiente calidad, el dispositivo no se conecte a ella y el usuario permanezca conectado a otra red WiFi mejor o bien a celular. La labor de los CSPs debe ser la de asegurar que los usuarios dispongan de la mejor conexión sin necesidad de intervención, es decir, que no sean los usuarios quienes tengan que cambiar manualmente la configuración de red de su dispositivo para evitar conexiones deficientes.
Una mala calidad de la conectividad WiFi plantea riesgos importantes para los operadores. Por ejemplo, en el caso de un operador que decidiera desplegar una red WiFi para hacer Offload, probablemente la compañía habría elaborado un plan de negocio que contemplara una estimación de la reducción de costes. Pero si los usuarios no están satisfechos con la experiencia de conectividad WiFi simplemente lo desconectarán y volverán al 3G/4G y, en consecuencia, dicho operador no cumpliría con los objetivos de negocio fijados.
Por el contrario, una buena experiencia de conectividad puede generar un impacto muy positivo en el negocio y ayudar a los operadores, no solo a obtener el máximo potencial del despliegue WiFi, sino también a reducir el churn e incluso a atraer a nuevos clientes. Y para poder ofrecerla necesitan soluciones que conecten a los usuarios de forma transparente y sin complejos procesos de autenticación, que garanticen la mejor opción de conectividad sin intervención por parte del usuario y que permitan al CSP entender cómo se comporta la red desde la perspectiva del usuario final.
Expansión.com
Por Confirmado Massiel Bravo