Los partidarios del presidente islamista derrocado Mohamed Mursi comenzaron a manifestarse este viernes en Egipto, donde ya se registraron las primeras víctimas mortales, en protesta por el violento desalojo de sus campamentos en El Cairo y los posteriores enfrentamientos que se saldaron con cientos de muertos.
En Ismailiya, en el sur del Canal de Suez, al menos cuatro manifestantes murieron a manos de las fuerzas de seguridad, a las que el gobierno, designado por el ejército, autorizó el jueves a disparar con balas reales a los manifestantes que se muestren violentos.
En El Cairo, donde los tanques del ejército blindaron los principales accesos a la ciudad en previsión de este «viernes de la cólera», un policía murió en una emboscada.
Esta nueva convocatoria de manifestaciones de defensores de Mursi hacía temer otra jornada de violencia en el país, donde el balance de muertos por el violento desalojo el miércoles de los dos campamentos de simpatizantes de Mursi, derrocado por el ejército el 3 de julio, y los posteriores enfrentamientos dejaron 578 muertos, según cifras del ministerio de Salud.
Los Hermanos Musulmanes hablan por su parte de 2.200 muertos y más de 10.000 heridos, en la jornada más mortífera en Egipto desde la caída de Hosni Mubarak, en febrero de 2011.
Los Hermanos Musulmanes, la cofradía a la que pertenece Mursi, convocaron a sus partidarios a desfilar «pacíficamente» por «millones» el viernes, a la salida de las mezquitas, y a dirigirse hacia la plaza Ramsés, en el centro de la capital.
«Las manifestaciones contra el golpe de Estado mañana (viernes) saldrán de todas las mezquitas de El Cairo y se dirigirán hacia la plaza Ramsés tras la oración por un «viernes de la cólera'», precisó el portavoz de la cofradía islamista, Gehad El Haddad, en su cuenta Twitter el jueves.
Laila Musa, portavoz de la Coalición pro Mursi contra el «golpe de Estado», informó de que se prevén protestas similares en todo el país.
Además, Musa indicó que seguidores de Mursi, entre los que había al menos dos exmiembros del parlamento, fueron arrestados en redadas llevadas a cabo antes de las protestas.
Por su parte, Tamarrod, el movimiento que promovió las gigantescas manifestaciones que llevaron a la destitución de Mursi, instó a los egipcios a que creen «comités populares» para defender al país contra lo que denominan «terrorismo» de los Hermanos Musulmanes, el movimiento de Mursi.
Las autoridades han decretado el estado de emergencia durante un mes y hay toque de queda en la mitad del país entre las 19H00 (17h00 GMT) y las 06H00 (04H00 GMT).
Este «viernes de la cólera» generó preocupación en Europa, donde el presidente francés, François Hollande, tenía previsto entrevistarse este viernes por teléfono con la canciller alemana, Angela Merkel, y posteriormente con el primer ministro británico, David Cameron.
Alemania «condena con fuerza la violencia» en Egipto y exhorta a las partes a negociar, indicó el viernes en Berlín el portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert.
Por otro lado, los embajadores de los 28 Estados miembros de la Unión Europea se reunirán «el lunes en Bruselas para evaluar la situación en Egipto», anunció el viernes la oficina de la jefa de la diplomacia de la UE, Catherine Ashton.
El objetivo de esta reunión es hallar una postura común de los Estados miembros de la UE sobre la situación en Egipto para examinar «posibles acciones» y «preparar una posible reunión» de los ministros europeos de Relaciones Exteriores, añade.
La violencia esporádica continuó el jueves en el país y se registraron ataques contra iglesias cometidos supuestamente por seguidores de Mursi.
Este viernes, la Coalición pro Mursi condenó estos ataques en un comunicado en el que también acusó a algunos cristianos de apoyar el derrocamiento del primer presidente democráticamente elegido en el país.
«Aunque algunos líderes coptos apoyaron o, incluso, participaron en el golpe, este tipo de ataques no se justifican», indicó.
Antes del asalto del miércoles, los enfrentamientos entre partidarios y opositores de Mursi y los ataques contra las fuerzas de seguridad en el Sinaí habían dejado más de 300 muertos desde finales de junio.
Líder de Hermanos Musulmanes denuncia que militares quieren controlar poder
El guía espiritual de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Badía, denunció hoy que el golpe de Estado perpetrado por los militares el pasado 3 de julio no fue para alejar al presidente egipcio, el islamista Mohamed Mursi, del poder, sino para tomarlo ellos.
Badía, en paradero desconocido, se quejó en un comunicado de que las Fuerzas Armadas intervengan en política para «establecer un estado militar, dictatorial y policial», en su primer mensaje tras el desmantelamiento de las acampadas de los islamistas en El Cairo el pasado miércoles.
El dirigente de la cofradía islámica subrayó que las manifestaciones no han parado en todas las provincias, «lo que afirma que el pueblo egipcio, que disfrutó de libertad tras la Revolución del 25 de Enero, nunca renunciará a ella pese a la brutalidad de los golpistas».
Badía defendió que sus seguidores llevaban a cabo sentadas pacíficas en las plazas de Rabea al Adauiya y de Al Nahda, donde estaban las acampadas desmanteladas por las autoridades, para pedir «la restitución del presidente elegido, de la Constitución y de la Shura (Cámara alta del Parlamento) y rechazar el golpe».
El guía espiritual de la Hermandad denunció que 2.000 personas murieron en una sola jornada, el miércoles, y recordó que este número es superior al de las víctimas que mató el régimen de Hosni Mubarak durante los 18 días de revolución que llevó a su derrocamiento en febrero de 2011.
Según el Ministerio de Sanidad, al menos 578 personas perdieron la vida y 4.200 resultaron heridas en disturbios el miércoles pasado, mientras que los islamistas sostienen que los fallecidos fueron miles.
Fuente: GV











