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El Supremo del Reino Unido dictamina que los conductores de Uber son empleados

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El Supremo del Reino Unido dictamina que los conductores de Uber son empleados


 

La sentencia podría poner en peligro el negocio de la compañía en este país y tener fuertes implicaciones para otras plataformas de la llamada economía colaborativa

 

 

Uber ha recibido un duro golpe en Reino Unido. La compañía ha perdido la batalla que inició en 2016 después de que el Tribunal Supremo del país haya desestimado «por unanimidad» su apelación y haya dictaminado que la compañía deberá clasificar a sus conductores como empleados y no como trabajadores autónomos. Un hecho que garantizará a estos el derecho a cobrar al menos el salario mínimo nacional, así como a tener vacaciones anuales pagadas y a beneficiarse de otras prestaciones.


 
 
 Uber recurrió al Supremo después de haber perdido litigios en tres instancias inferiores. La compañía se enfrenta ahora a una gran factura por compensación de hasta 12.000 libras (13.834 euros) para cada uno de sus trabajadores, informa Efe.

 

 

El fallo, que pone fin a cinco años de litigio entre Uber y un grupo de ex conductores que defendían su condición de empleados, pone en peligro el modelo de negocio de la compañía en Reino Unido, pues aunque el fallo se refiere solo a esos conductores, en teoría es aplicacable al resto que utilizan la aplicación.

 

 

Aunque Uber insiste en que sus conductores son autónomos y que actúa más como una «agencia» que los conecta con los pasajeros a través de una aplicación, el Supremo británico considera que no existía una base fáctica para afirmar que Uber London actuase como agente de los conductores, sino que la plataforma contrata con los pasajeros y luego traslada los encargos a los conductores.

 

 

El fallo añade que cuando se reserva un viaje a través de la aplicación Uber, es la compañía quien establece la tarifa y los conductores no pueden cobrar más que dicha tarifa calculada por la aplicación, por lo que es Uber quien determina cuánto se les paga a los conductores por el trabajo que realizan, además de ser la firma quien impone los términos del contrato en los que los conductores realizan sus servicios sin que estos tengan voz, informa Europa Press.

 

 

El Supremo añade, además, que  Uber ejerce un control significativo sobre la forma en que los conductores prestan sus servicios, incluyendo el uso de un sistema de clasificación por el cual se pide a los pasajeros que califiquen al conductor.

 

 

Por todo ello, concluye que el servicio de transporte realizado por los conductores y ofrecido a los pasajeros a través de la aplicación está estrictamente definido y controlado por Uber y los conductores se encuentran en una posición «de subordinación y dependencia» en relación con la empresa, añadiendo que, en la práctica, la única forma en que pueden aumentar sus ingresos es trabajando más horas y cumplir constantemente con las métricas de rendimiento de Uber.

 

 

La Corte Suprema británica respalda igualmente la postura de los tribunales laborales en lo que respecta a la determinación del tiempo que los conductores pasan trabajando para Uber y que considera que no se limita a los periodos en los que transportan pasajeros, sino que incluiría cualquier periodo de tiempo en el que el conductor ha iniciado sesión en la aplicación dentro del territorio en el que cuenta con licencia para operar y estaba listo y dispuesto a aceptar viajes.

 

 

En su sentencia, el Supremo británico señala que en 2016, cuando se juzgó por primera vez el caso, se estimaba que unos 40.000 conductores de Uber operaban en Reino Unido, de los que alrededor de 30.000 lo hacían en el área de Londres.

 

 

«Respectamos la decisión de la Corte que se centró en una pequeña cantidad de conductores que utilizaron la aplicación de Uber en 2016», ha asegurado a través de un comunicado el responsable de Uber para Europa del Norte y del Este, Jamie Heywood. «Desde entonces, hemos hecho algunos cambios importante en nuestro negocio» como un seguro gratuito en caso de enfermedad o lesión y otras protecciones.

 

 

El directivo ha añadido que la compañía está dispuesta a hacer más mejoras y que consultarán con todos los conductores activos en el Reino Unido para comprender los cambios que desean ver.

 

 

El varapalo judicial recibido por Uber en este país llega tras establecer los reguladores de California el pasado año que sus conductores (y los de Lyft, su rival) eran empleados y no autónomos, aunque posteriormente los ciudadanos votaron eximir a Uber y otras plataformas de llevar a cabo dicha reclasificación.

 

 

Se espera que la sentencia tenga también un impacto importante para otras empresas de la llamada economía colaborativa, como Deliveroo, Bolt y Ola.

 

 

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