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Durante 40 años, millones de personas han identificado al popular personaje de cómic con una linda gatita sin que nadie dijera nada al respecto. Hasta ahora. Para sorpresa de todos, Sanrio, la compañía que la creó en 1974, ha revelado que Hello Kitty no es en realidad una gata, sino una chica humana, que lleva por nombre Kitty White, la cual tiene su propia historia de fondo.
La noticia ha salido a la luz gracias a Christine R. Yano, una antropóloga de la Universidad de Hawai que coordina una exposición de Hello Kitty en el Museo Nacional Japonés Americano en Los Ángeles a quien la compañía creadora del personaje sacó de la confusión al leer los textos para la exposición, en los que describía a la mundialmente famosa Kitty como un gato.
«La gente de Sanrio me corrigió firmemente, me dijo que Hello Kitty no era un gato. Que es un personaje de dibujos animados. Es una niña, es una amiga, pero no es una gata. Nunca la ha representado a cuatro patas. Ella camina y se sienta como una criatura de dos piernas. Además, tiene una gatita de mascota, que se llama Charmmy Kitty», explica Yano a Los Angeles Times.
Pero eso no es todo. Sanrio define, ahora, a la pequeña Kitty como una niña británica que vive en las afueras de Londres junto a sus padres, George y Mary White. Además es de signo Escorpión y le encanta el pastel de manzana. A pesar de estar a punto de cumplir los 40 -el 1 de noviembre de 1974-, Kitty White y su hermana gemela son estudiantes de tercer grado «de manera perpetua».
Según Yano, que lleva una vida dedicada a estudiar el personaje de Hello Kitty, cuando ésta nació, en los años 70, los japoneses se sentían muy atraídos por la cultura británica, «adoraban los ideales británicos, que representaban una infancia soñada, como la típica cerca blanca de madera. Así que su biografía se creó para los gustos exactos de aquella época», añade la antropóloga.
Aunque es una figura emblemática en el mundo entero, Kitty White adquirió especial relevancia no sólo para los japoneses, sino para todos los asiáticos que habían dejado su hogar para emigrar a Estados Unidos. Cuando Hello Kitty llegó a Norteamérica a mediados de los 70, era común verla en muchos enclaves asiáticos y, explica Yano, «los japoneses americanos que crecieron en esos años reconocen que su figura significa mucho para ellos porque ella era suya. Es algo que ven como un ícono cultural».
Fuente: ABC.es