Hasta ahora había dejado hacer, ocupado como estaba en su ajuste de cuentas interno. Pero es su naturaleza. Como en el cuento del escorpión y la rana en la fábula atribuida a Esopo, el régimen siempre tiene un aguijón dispuesto a picar para producir ese efecto neurotóxico de parálisis y muerte. De lo que se trata es de torpedear la realización de las primarias de la oposición.
El aguijón se llama Luis Ratti, quien fue presidente del Frente Bolivariano Hugo Chávez, creado en 2013 para apoyar a Nicolás Maduro. En 2018 también se prestó a presentar una candidatura que ayudara a blanquear un proceso electoral sin garantías mínimas y verdaderas de competencia electoral.
Ahora Ratti ha recurrido al Tribunal Supremo de Justicia ㅡen verdad, Tribunal Secuestrado de Justiciaㅡ para introducir un amparo constitucional contra la Comisión Nacional de Primarias (CNP). Este oscuro sujeto ㅡy predicado tambiénㅡ acusa a la CNP de lo que hace el régimen: marcada parcialidad, movimientos en la penumbra, violación de las leyes, inhabilitación de líderes políticos, ausencia de garantías y secuestro político. Él sabe de esas manipulaciones y maniobras porque habla a nombre de organizaciones que ni siquiera integra.
Recurrir a órganos de la injusticia oficial para interrumpir la realización de las primarias es un atentado más contra el ejercicio democrático en Venezuela.
A pesar de las evidencias comprobadas interna y externamente, por organizaciones nacionales e instituciones internacionales de derechos humanos, acerca de la ausencia de garantías electorales en el país ㅡentre otras ausencias nada menoresㅡ las fuerzas políticas de oposición han decidido construir un mecanismo que les permita participar de forma unitaria en el venidero proceso de comicios presidenciales. A lo que se aspira es a que todos los venezolanos, sin exclusión alguna, puedan decidir libremente su destino.
Por cierto, si Ratti actuara por el bien de los venezolanos pudiera haber demandado ante el TSJ algo tan simple como tener una fecha electoral. Eso sí está secuestrado en Venezuela. Cualquier país de América Latina ㅡcon la excepción de Cuba y Nicaraguaㅡ sabe desde que elige un gobierno cuando se acaba ese período. Sucedió en Brasil con Bolsonaro, en Argentina con Macri, en Colombia con Duque, en Uruguay con Tabaré.
Las primarias son, en medio de condiciones muy adversas, la reafirmación de la convicción democrática de las fuerzas de la oposición. Intentar impedirlas a través de un subterfugio legal de órganos parcializados, sin razón y sin derecho, solo contribuye a prolongar la agonía del pueblo venezolano. Los hilos detrás de Ratti son los del régimen, obstinado hasta la indolencia en mantenerse en el poder y evitar la expresión ciudadana y política de los venezolanos.
Donde hay dificultades, y esta lo es en grado sumo, hay también una oportunidad para el liderazgo opositor. Es el momento de una declaración conjunta que exponga ante el país y ante el mundo ㅡembajadas, cancillerías, organismos internacionales, sin distingoㅡ, la raíz, el sentimiento, el corazón y el derecho a la construcción de un poderoso movimiento democrático para rescatar a Venezuela del atraso y la miseria. Para que este país humillado restaure su vida institucional y deje de ser un factor de desestabilización en la región.