El capitán del Real Madrid, Sergio Ramos, levanta la Copa de Europa tras imponerse al Liverpool en la final de la Champions League.PAUL ELLIS AFP
Dos goles de Bale y uno de Benzema contrarrestan el de Mané. Karius, portero del Liverpool, protagonista negativo
El Real Madrid logró su 13ª Champions, la tercera consecutiva, tras ganar al Liverpool (3-1) en Kiev. La final fue un partido extraño, con fallos del portero red, lesiones, golazos… La primera parte finalizó sin goles, con ambos equipos mostrándose negados en ataque.
Tras la reanudación se desató todo. Karius, el portero del Liverpool, sacó con la mano al pie de Benzema y el balón acabó en la red. A los pocos minutos empató Mané en un córner. La salida de Bale fue clave. El galés marcó un golazo de chilena en el minuto 64 y cerró la victoria del Madrid con un disparo lejano que Karius se tragó.
Ante un partido muy igualado, el marcador se iba a inaugurar apenas al minuto 51′ del segundo tiempo, cuando una mala salida del portero del Liverpool, Loris Karius, fue aprovechado por el delantero francés Karim Benzema para poner arriba a los blancos.
Poco le duraría la alegría al equipo español, ya que al minuto 64′ llegaría el empate de la mano de Maneh, quien aprovecharía que Van Dijk ganó un cabezazo en el área en un tiro de esquina, y superaría a Keylor Navas llegando al balón.
El juego se volvería a equilibrar, con ambos equipos en un choque permanente por la redonda en el medio del campo, cuando Zidane haría un movimiento clave en el partido, sacaría al minuto 61′ a Isco por el galés Gareth Bale, quien con solo tres minutos en cancha, marcaría de chilena y pondría a dudar a aquellos que no confían en sus capacidades y lo ven fuera de la casa blanca en la próxima temporada.
El Liverpool tendría breves momentos de asedio en las afueras del área pequeña del conjunto ingles, pero el Madrid sería más contundente en sus ataques, logrando empequeñecer la estrategia ideada por el técnico alemán Jurgen Kloop.
Un nuevo error de Karius costaría un gol en contra para su equipo, cuando en el 83′ una diagonal de Bale y y disparo fuera del área, aumentaría a dos goles la diferencia entre ambos equipos, al no poder controlar correctamente el arquero el disparo del galés.
Sin más argumentos sobre el campo de juego, el Liverpool nunca se rindió, a pesar del dominio de balón ejercido por el Real Madrid.
Este es el tercer título europeo consecutivo para los merengues, la decimotercera en su historia, siendo el club que más veces ha levantado este prestigioso trofeo a nivel de clubes.
El País/GV