El endurecimiento del tono oficial llega en plena escalada de tensión en el Caribe, tras el refuerzo de la presencia militar estadounidense en la región. Washington ha desplegado buques en el sur del Caribe y ordenado el envío de diez cazas F-35 a una base en Puerto Rico, movimientos que la Casa Blanca describe como parte de una campaña contra el narcotráfico y que Caracas interpreta como un acto de presión política
Diosdado Cabello, vicepresidente sectorial y ministro del Interior de Venezuela, lanzó un enérgico llamado a la «defensa implacable» del país durante un ejercicio de adiestramiento militar celebrado este sábado en el estado Aragua. En una transmisión por la televisión estatal, urgió a la población a una “resistencia activa prolongada” y advirtió que quien intente agredir a Venezuela «se está ganando una guerra de 100 años», un mensaje destinado, según el gobierno chavista, a disuadir lo que considera amenazas externas.
El discurso se produjo en el marco del denominado “Plan Independencia 200”, anunciado esta semana por el presidente Nicolás Maduro, que prevé el despliegue de fuerzas armadas, cuerpos combatientes y la Milicia Nacional Bolivariana en 284 “frentes de batalla” para asegurar, según el Ejecutivo, la soberanía y la paz del país. El acto, televisado, combinó arengas patrióticas con maniobras de fuego real y adiestramiento de milicianos.
El endurecimiento del tono oficial llega en plena escalada de tensión en el Caribe, tras el refuerzo de la presencia militar estadounidense en la región. Washington ha desplegado buques en el sur del Caribe y ordenado el envío de diez cazas F-35 a una base en Puerto Rico, movimientos que la Casa Blanca describe como parte de una campaña contra el narcotráfico y que Caracas interpreta como un acto de presión política, reseña Reuters.
El intercambio de reproches se agravó después de un incidente en el mar Caribe —que Washington sostiene fue una operación contra narcotraficantes— en el que murieron 11 personas, un episodio que Caracas y sus funcionarios, entre ellos Cabello, han cuestionado y calificado de uso excesivo de la fuerza. La administración estadounidense, además, elevó en los últimos meses la recompensa relacionada con pesquisas sobre la presunta vinculación del liderazgo venezolano con redes de droga, un elemento que el Ejecutivo de Maduro rechaza como parte de una campaña de hostigamiento.
En su intervención, Cabello mezcló advertencias directas con llamados a la movilización civil: definió la ofensiva como una conjunción de acciones militares, productivas y sociales —“la representa el productor que sigue produciendo, los niños que van a la escuela, los pescadores, el médico” dijo— y subrayó que la defensa del país “vale todo, menos hacerse el pendejo”, según la transcripción difundida por medios oficiales. Las palabras buscan consolidar el respaldo interno y justificar la activación masiva de fuerzas ante lo que el Gobierno describe como riesgo de cambio de régimen, agrega Fuser News.
La reacción internacional ha oscilado entre el llamamiento a la prudencia por parte de países vecinos y la exigencia de explicaciones a Washington sobre sus operaciones en la zona. Analistas consultados por agencias internacionales advierten que la militarización del Caribe puede dinamitar canales diplomáticos y elevar el riesgo de incidentes, mientras que la administración venezolana exhibe el despliegue como una medida preventiva para preservar la integridad del territorio.
La jornada cerró con el Gobierno reafirmando su convicción de que cualquier agresión externa será respondida con una defensa prolongada y multifacética, y con la oposición y observadores internacionales reclamando mayor transparencia sobre los hechos que han encendido la región en las últimas semanas.










