¿Te pusiste a buscar tu punto G y no hubo forma? ¿Le dijiste a tu chico que lo intentara y ni por esas? Tranquila, no eres la rara de la película, el tan cacareado punto no existe. Es lo que dicen las últimas investigaciones realizadas al respecto en las universidades de L’Aquila y Tor Vergara (Roma), y publicado en la revista Nature.
Pero no todo está perdido, y es que una de las conclusiones a las que se ha llegado en este estudio es la existencia de una amplia zona llamada CUV, formada por clítoris, uretra y pared vaginal que sí puede conducirte al orgasmo. “La conjunción del clítoris, la uretra y la pared vaginal estimulados adecuadamente durante la penetración podría inducir la respuesta orgásmica”, dice Emmanuele A. Jannini, profesor de la Universidad de L’Aquila y director del estudio. O lo que es lo mismo, el orgasmo no se encuentra en un solo punto erógeno sino en una zona mucho más amplia. Además, en la CUV existen unos marcadores químicos que procesan las sustancias responsables de la excitación.
El descubrimiento del punto G se remonta a 1950, fecha en la que el ginecólogo alemán Ernst Grafenberg propuso su existencia. En 1976 El informe Hite señalaba que el punto G podría localizarse en el clítoris (ya que la mayoría de mujeres encuestadas habían llegado al clímax gracias a su estimulación) y hasta fechas recientes se pensaba que se encontraba en la parte superior de la vagina, a unos 5 cm de la entrada. Las conclusiones del estudio capitaneado por Emmanuele A. Jannini, vienen avaladas gráficamente gracias al uso de una especie de ecografías realizadas durante el acto sexual.
Dejando a un lado el lado sexual del tema, los investigadores llaman la atención de cirujanos y ginecólogos sobre lo sensible que es la zona CUV y lo perjudicial de las intervenciones que no tienen en cuenta este aspecto.
Fuente: Cosmopolitan