¿Sabes cuál es tu tipo de piel? Es la primera pregunta que debes hacerte para elegir el protector solar adecuado. Te damos las claves para identificarlo y saber cuál debe ser tu factor de protección.
Nos lo dice la experiencia: hay gente que con solo pasearse en manga corta una mañana luce ya un bronceado envidiable, mientras que otros pueden tumbarse como lagartos al sol durante horas y llevarse tan solo una insolación de campeonato. Y es que, a la hora de broncearnos, lo que más nos condiciona es nuestro tipo de piel. Poco importan las horas que invirtamos o las cremas que empleemos respecto a ello… Es el llamado fototipo de la piel, su capacidad para asimilar la radiación solar.
Conocer el fototipo es también importante para saber cuál es la protección que deberíamos utilizar. Y es que no todas las pieles se queman con la misma facilidad, y todos sabemos de las desastrosas consecuencias que tiene el quemarse, entre ellas el envejecimiento prematuro o el acrecentar nuestras posibilidades de desarrollar un cáncer.
¿Sabes cuál es tu fototipo de piel y cómo identificarlo?
Fototipo de piel I: Celta
Las pieles de este tipo son extraordinariamente blancas y a menudo presentan pecas. Es propia de personas pelirrojas y con los ojos claros. Sus pieles apenas se broncean, con lo que si pasan mucho tiempo al sol lo único que conseguirán es quemarse. Incluso pueden sufrir reacciones alérgicas. De hecho, en su caso se recomienda emplear una protección solar total. O al menos 80.
Fototipo de piel II: Germánica
Son personas también con la piel muy blanca y cabellos rubios y ojos claros. También tienen que tener cuidado con el sol, porque el enrojecimiento puede aparecer con tan solo 15 minutos de exposición solar. Las reacciones alérgicas tampoco son extrañas. Para este tipo de piel se recomiendan factores de protección solar por encima de 50.
Fototipo de piel III: Caucásica
De cabellos castaños o rubios la piel es ligeramente menos clara. Esa piel sí que puede broncearse, aunque es preciso tener cuidado porque tampoco es difícil que se quemen. La piel comienza a sufrir a partir de los 18-20 minutos de exposición. En cuanto al factor adecuado, se sitúa entre 30 y 50. Es uno de los tipos de piel más habituales.
Fototipo IV: Mediterránea
Este tipo de piel es de las más comunes en nuestro país. Es la propia de las personas de cabellos morenos y negros, esas personas que se broncean con cierta facilidad y para las que no está prohibido el sol. Se queman, pero muy raras veces. Eso sí, por supuesto, deben ponerse crema y cuidarse la piel. En su caso bastará con un factor de protección entre 15 y 25.
Fototipo V: Amerindias
Cuentan con una piel oscura antes aún de haberse puesto al sol. Tanto los ojos como el cabello de estas personas suele ser oscuro. También se queman rara vez. Y, de hecho, para que su piel se enrojezca deben permanecer 30 minutos al sol. Si se tiene este tipo de piel basta con un factor de protección 15-20.
Fototipo VI: Negra.
Aunque este tipo de piel no se quema, por supuesto, tampoco es recomendable la exposición solar prolongada y sin protección. En su caso, más de 60 minutos pueden provocar que la piel se oscurezca y que aparezcan manchas. Puede bastar con un protección de 6.
Que.es.
