El socialdemócrata Heinz Fischer ha concluido este viernes su segundo mandato como presidente de Austria sin poder entregar el relevo al ganador de las segundas elecciones celebradas el pasado 22 de mayo, pues el Tribunal Constitucional (TC) ha ordenado repetirlas por las irregulares masivas que se cometieron.
Hasta la celebración de esos comicios, previstos para el 2 de octubre, la Presidencia de Austria estará en manos del triunvirato formado por los presidentes del Parlamento, entre ellos Norbert Hofer, candidato a la sucesión de Fischer por el euroescéptico y populista de ultraderecha Partido Liberal (FPÖ).
Esta circunstancia no ha sido para Hofer un motivo de dimisión de la Presidencia del Parlamento, pues ha asegurado ser lo suficientemente profesional como paraseparar los intereses personales, de su partido y de Austria.
Hofer perdió la elecciones del 22 de mayo frente al ecologista Alexander Van der Bellen por el 0,6% de los votos o el equivalente a 30.863 papeletas. Su partido impugnó esos resultados alegando irregularidades, que luego confirmó el TC.
En su discurso de despedida, Fischer, de 77 años, ha hecho un llamamiento contra el populismo y la xenofobia, precisamente las armas utilizadas en la campaña por el FPÖ para movilizar el electorado más nacionalista y que tuvo como telón de fondo la crisis de los refugiados.
«Nuestra política de refugiados debe estar marcada por la racionalidad y la humanidad. No es suficiente lo uno sin lo otro», ha destacado Fischer, que ha ocupado la Jefatura del Estado desde 2014.
Ésa fue la posición defendida en la carrera a la sucesión por Van der Bellen, elpresidente electo mas breve de la Historia de Austria y de la Unión Europea.
La repetición de los comicios, a los que tanto Van der Bellen como Hofer concurrirán con las mismas ganas de ganar, tendrá en esta ocasión un nuevo elemento de impacto aún valorado por las encuestas, la decisión en referéndum del pueblo británico de abandonar la Unión Europea.
Las elecciones coincidirán asimismo con la celebración en la vecina Hungría de la consulta sobre la política de realojamiento de refugiados acordada en el seno de la UE y desde el primer momento contestada por el ultranacionalista Gobierno deViktor Orbán.
Elmundo.es