Nombrado número dos del Partido Comunista en el XX Congreso de la formación celebrado en octubre, Li Qiang, anteriormente responsable del mayor polo empresarial del país, Shanghái, fue designado primer ministro de China.
Li tendrá la difícil misión de sentar las bases para la recuperación de la segunda economía del mundo tras el impacto de la política del cero covid.
Además de lidiar con el desacople con Estados Unidos, Li deberá también que hacer frente a un consumo estancado, la crisis inmobiliaria o el declive demográfico.
En su designación habría pesado sobre todo su obediencia y su amistad personal con Xi, con quien trabajó entre 2004 y 2007 cuanto éste era jefe del Partido en Zhejiang.
EFE