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El Pilates ayuda a un sexo más placentero y evita la incontinencia urinaria

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El Pilates ayuda a un sexo más placentero y evita la incontinencia urinaria

La práctica continuada del Pilates puede ayudar a tener un sexo más placentero, además de mejorar problemas como la incontinencia urinaria.

 

El Pilates mejora las relaciones sexuales. Algunos de los ejercicios que forman parte de la práctica de Pilates ayudan, casi sin que uno se de cuenta, a fortalecer la musculatura del plexo sacro, una red de nervios que forman las ramas anteriores de los nervios sacros y las fibras anteriores lumbares.

 

Según explica el doctor Pedro Tormo, portavoz del Observatorio Nacional de la Incontinencia (ONI), es habitual escuchar a algunas pacientes que, tras practicar Pilates durante varios meses, aseguran que han observado una disminución en las pérdidas de orina, pero también una mejora en sus relaciones sexuales.

 

Esto se debe a que, tal como explica el doctor Tormo, una gran parte de los ejercicios de Pilates van dirigidos a fortalecer músculos del diagragma pélvico como el obturador interno y el elevador del ano, dividido a su vez en el pubococcígeo, el iliococcígeo y el puborectal. «Todo aquello que contribuya a fortalecer estos músculos y a ponerlos en tensión hace que aumenten las sensaciones y a su vez se alargue el disfrute y el placer», explica el portavoz del Observatorio Nacional de la Incontinencia.

 

Además del pilates, el doctor Tormo asegura que los ejercicios de Kegel o ejercicios de contracción del músculo pubocoxígeo también pueden contribuir a una mejora de las relaciones sexuales, además de evitar la incontinencia urinaria o facilitar el parto, pues fortalecen los músculos pélvicos.

 

A la hora de describir en qué consisten los ejerciciso Kegel el doctor Tormo explica que, en líneas generales, se basan en contraer y relajar la zona, aunque, como destaca, «el principal problema surge cuando algunas mujeres no identifican claramente cuáles son los músculos que deben contaer». Así, el portavoz del ONI plantea tres ejemplos del día a día que pueden servir para identificar los músculos que se deben contrar y relajar.

 

Uno es intentar recordar cuando éramos pequeños y nos introducían un supositorio por el ano y nos decían que «aguantásemos sin que se escapara durante unos segundos».

 

Otro ejemplo con el que el doctor Tormo intenta que identifiquemos los músculos que se trabajan con el Kegel es el caso de tener un apretón diarreico, pues la contracción que se lleva a cabo para sujetar ese escape encaja con el refuerzo del elevador del ano.

 

Y el último consiste en sentarse en la taza del WC para orinar e intentar interrumpir el chorro durante unos segundos para después relajar la zona.

 

Otros ejercicios útiles, aunque algo más complejos, son, según explican en el Observatorio de la Incontinencia, los ejercicios diseñados por la fisioterapeuta noruega Kari Bo, un programa de entrenamiento específico de la musculatura del suelo pélvico.

Fuente: mujerhoy.com

 

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