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El perfume y su efecto afrodisíaco

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El perfume y su efecto afrodisíaco

Para los hombres, la piel es sin discusión el mejor afrodisíaco. Las morenas, las rubias o las pelirrojas no tienen el mismo perfume de piel, ¡basta con oírlos hablar! Gracias a su aroma de pimienta, las morenas excitan la curiosidad. Las rubias evocan el heno fresco en el polvo veraniego. En cuanto a las pelirrojas, liberan connotacioens salvajes, animales.

 

Por supuesto, los aromas naturales pueden ser sublimados por el perfume. Envolverse en un aura sensual, como una llamada al amor, puede generar muchas fantasías. Practicar el libertinaje olfativo no se improvisa, aseguran los expertos.

 

 

La lascivia de los orientales

 

Esos perfumes inspirados del calor y la suavidad de un abrigo de pieles, con notas dominantes dulces e invasoras, nos traen a la mente los olores de Oriente. Y con ellos un millón de promesas de voluptuosidad. “Vainilla, especias, pachuli, incienso y mirra dejan a su paso un rastro de seducción” sostiene Béatrice Boissiere, autora de Plaisir de parfum («Placer de perfume»).

 

La condición, claro está, es asumir la fuerte carga erótica que viene incluida. Su mejor representación es Shalimar, la quintaesencia de la femineidad. El secreto reside en la forma en que uno se apropia de la fragancia, lo cual revela un acuerdo que da lugar a los escarceos amorosos…

 

 

El olor salvaje del cuero

 

Una mezcla que nace en el siglo XIX, cuando los soldados rusos enceraban sus botas con un ingrediente extraído de la madera de abedul. Una mezcla poderosa, con una fuerte impronta de virilidad.

 

Utilizar esta esencia más ‘masculina´ para una mujer puede revelarse como fuertemente afrodisiaco para los dos. El amor es un juego. En la provocación de los sentidos, la iniciación olfativa puede convertirse en un preludio del placer. No dudéis en intercambiar las fragancias.

 

 

El misterio de los chipres

 

Los chipres no tienen nada que ver con la isla del mismo nombre, sino más bien con complejos universos que nos recuerdan los bosques en otoño, con una gran impronta de misterio. Basados principalmente en mezclas de bergamota y con un corazón floral de rosa y jazmín, los chipres intrigan.

 

Menos lascivo que un oriental, un perfume chipre invita a un erotismo picante, que suscita la curiosidad. Una fragancia encantadora de cierta forma que conduce a la innovación olfativa y erótica.

 

El efecto ‘Lolita’ de las notas más dulces

 

Algunos olores conectados a la memoria de la infancia suscitan adicción desde el primer momento. El caramelo, la vainilla, el chocolate o el regaliz nos transportan al despertar del deseo juvenil, a un candor que puede hacer que más de uno se derrita.

 

Utilizar este tipo de fragancias lleva a sumergirse en un ritual íntimo, con acentos de inocencia y cargado de erotismo. Una fragancia que habla por ti y deja entrever que nada te gustaría más que someterlo a tus caprichos. Dulces y golosos, estos perfumes visten el cuerpo, convocan al deseo y habitan la memoria. No se olvidarán fácilmente de ti.

 

 

Inhalar a tu pareja

 

Más allá de las estelas y sus efectos, el libertinaje olfativo puede concebirse como un juego erótico. “Para una sexualidad más distendida, yo sugiero a la gente que huela a su pareja” propone el sexólogo Gérard Leleu.

 

Inspira a tu chico, olfatea su piel, el hueco del cuello, el calor de las manos, sus cabellos, como si fuera un ramo de flores o un vaso de vino. Respíralo, estremécete, reinventa los preludios como una forma de libertinaje olfativo, como un retorno a las fuentes de la animalidad, al poder de evocación del cuerpo y a sus pulsiones.

 

 

¿Qué perfume usas?

 

Fuente: Veintitantos

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