En un partido de la Liga de Kuwait, el árbitro Saad Al Fadhli atentó contra el juego limpio tras golpear al menos a dos jugadores del equipo Al-Arabí de la Primera División de ese país quienes no aceptaron que les marcara un penal.
El central perdió los cabales y tras pitar un penal, no aceptó de la mejor manera que los jugadores lo increparan, terminó golpeando a uno en la cara y terminó expulsándolo, lo cual generó la ira de los compañeros de equipo y terminó expulsando a dos más.
El partido se le fue de las manos al colegiado, quien recibió un balonazo de un delantero del Al-Arabí, a quien también expulsó. El encuentro se terminó por sustracción de materia.
Fuente: El Espectador