El Parlamento húngaro, en la cual el gobierno del nacionalista Viktor Orbán cuenta con mayoría absoluta, aprobó hoy una controvertida ley que hace posible la detención en centros cerrados de todos los solicitantes de asilo hasta que se resuelva su petición.
Conforme a la nueva legislación, los demandantes de asilo solo podrán presentar sus solicitudes en «zonas de tránsito» situadas en la frontera con Serbia, donde tendrán que esperar el final de los trámites en centros habilitados para ello, informa la agencia de noticias MTI. De ser rechazada su petición, los refugiados sólo tendrán la única alternativa de regresar a Serbia.
Mientras tanto, el primer ministro húngaro informó hoy en un acto de graduación de Fuerzas Fronterizas que los nuevos guardias serán desplegados por la frontera del sur del territorio nacional para controlar la inmigración ilegal al país.
Según Orbán, «la emigración es el caballo de Troya del terrorismo» y afirmó que la reducción en la cantidad de refugiados que admite el país «es solo temporal.» Actualmente, Hungría ha admitido a tan solo 400 solicitantes de asilo y solo permite 25 peticiones de asilo en las zonas de tránsito por día. De ser procesados, la mayoría de los refugiados no esperan a que acepten su solicitud sino que continúan su camino a otros países de la Unión Europea.
La legislación sólo será efectiva cuando el país se declare en «estado de alerta» por emigración masiva, que el gobierno piensa prolongar hasta septiembre de este año.
Cécile Pouilly, portavoz de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), criticó la medida como una violación a «las obligaciones de Hungría con respecto al derecho internacional y las normas de la Unión Europea».
La medida tendrá «terribles efectos psicológicos y físicos en mujeres, niños y hombres que ya han experimentado grandes sufrimientos,» dijo.
Orbán no simpatiza con la UE, a quienes acusa de hacer «más difícil el trabajo» de defender las fronteras. La semana pasada, su gobierno anunció que ya comenzó la construcción de una nueva valla en la frontera con Serbia que ya había levantado en septiembre de 2015, un proyecto que costará 123 millones de euros.
Fuente: Infobae
Por Confirmado: Gabriella Garcés