Los días pasan. El papel no llega. La amenaza de cierre forzoso ante la escasez del insumo sigue latente. Desde hace más de un año El Carabobeño atraviesa una de las situaciones más difíciles en 81 años de historia.
Más de 300 empleados están afectados por esta situación. A diario se enfrentan a la incertidumbre de no saber qué sucederá con sus puestos, unos, cosechados desde hace más de tres décadas, otros con menos tiempo, pero con igual preocupación.
Esta página refleja las opiniones de algunos trabajadores sobre la crisis que pasa el Diario del Centro. También amigos de esta casa editora, dirigentes políticos y sociedad civil han querido manifestar su solidaridad hacia el periódico. Hacen una alerta sobre lo que puede suceder si finalmente, El Carabobeño deja de circular. Este lunes a partir de las 4:30 pm trabajadores, apoyados por el Colegio Nacional de Periodistas, volverán a salir a los espacios del Centro Comercial Omnicentro, en Naguanagua, para protestar por la negativa del Gobierno de suministrar el papel.
El Carabobeño representa libertad de expresión
Para Daniela Díaz, secretaria de presidencia, El Carabobeño representa la oportunidad para manifestar todo lo que las personas ven y sienten diariamente con la situación del país, por tanto estimó que el momento que vive el medio de comunicación va más allá de una simple falta de papel. “Nos quieren quitar la libertad de expresión”.
Llegó a la empresa hace algunos meses, pero ya se siente parte de esta familia. Comparó las negativas del Complejo Editorial Alfredo Maneiro con el actual escenario económico. “Así como una vez nos obligaron a hacer colas para comprar productos, no el que tú quieras sino el que esté a la venta, así quieren arremeter contra los medios”