El papa Francisco regresó a Roma tras su visita de unas cinco horas a la isla italiana de Lampedusa, distante un centenar de kilómetros de la costas africanas, donde denunció la «indiferencia» de la sociedad ante el drama de los inmigrantes indocumentados.
El avión en el que regresó, un «Falcon 900» de la Aeronáutica Militar italiana, aterrizó poco después de las 14.30 horas local (12.30 gmt) en el aeropuerto de Ciampino, y desde allí se trasladó al Vaticano.
La visita a Lampedusa, la «puerta de Europa» de los inmigrantes que buscan llegar al continente en busca de un futuro mejor, duró unas cinco horas y durante la misma Francisco lanzó una corona de flores al mar en homenaje a los inmigrantes muertos en las travesías, se reunió con los alojados en la isla e hizo un llamamiento «para que se despierten nuestra conciencias».
El papa denunció «la crueldad que hay en el mundo, en nosotros y en aquellos que en el anonimato toman decisiones socio-económicas que abren el camino a dramas como estos» y también a los traficantes que se aprovechan de la pobreza de los inmigrantes.
El pontífice manifestó que la sociedad actual se ha convertido en una sociedad que ha olvidado llorar, «llorar por las personas que han muerto en las barcas hundidas en el mar, por las jóvenes madres que llevaban a sus hijos».
«Pidamos al Señor que nos de la gracia de llorar por nuestra indiferencia, por la crueldad que hay en el mundo», dijo el papa que también pidió perdón por «todos aquellos que con sus decisiones a nivel mundial han creado situaciones que conducen a estos dramas».
Francisco denunció también que la comodidad en la que viven muchas sociedades lleva a «la anestesia del corazón».
Este ha sido el primer viaje fuera del Vaticano de papa Bergoglio. El papa Francisco viajará del 22 al 29 de julio próximo a Río de Janeiro, para presidir la XXVIII Jornada Mundial de la Juventud.
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