El frío está envolviendo la ciudad de Roma a dos días del Jubileo. Por esta razón, y con el objetivo de preservarse para la cita universal, el Papa Francisco ha rezado este domingo el tradicional Ángelus desde su residencia de Santa Marta y no desde la conocida ventana asomada a la Plaza de San Pedro en el Vaticano.
El propio Jorge Mario Bergoglio admitió el viernes que estaba «muy resfriado» y en un comunicado emitido el sábado por el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, se confirmó que «debido al intenso frío» y a los «síntomas de resfriado que se han manifestado en los últimos días»; el Santo Padre iba a dirigir la oración del Ángelus desde la capilla de Santa Marta, «también en vista de los compromisos de la próxima semana«.
El ambiente nublado en la Plaza de San Pedro en Roma no ha impedido a los fieles seguir las palabras del Papa Francisco, quien, desde la capilla de Santa Marta, ha expresado enseguida su pesar por no estar asomado, como de costumbre, desde el Palacio Apostólico: «Queridos hermanos y hermanas, siento mucho no estar con vosotros en la plaza. Pero estoy mejorando y hay que tomar precauciones«.
Ya en otras ocasiones el Pontífice argentino había rezado el Ángelus desde la Casa de Santa Marta. De hecho, en diciembre del año pasado tuvo que cambiar los compromisos de su agenda y anular su viaje a Dubái (Emiratos Árabes Unidos) para la Cop 28 debido a una inflamación respiratoria.
Tras el Ángelus, el Pontífice ha compartido algunas reflexiones de carácter geopolítico lamentando, en primer lugar, las consecuencias del ciclón Chido, que ha causado fallecidos y heridos en varios lugares de África. Bergoglio ha lanzado un «mensaje de esperanza, de paz y de reconciliación» en estos momentos de gran dificultad.
El Papa no ha perdido tampoco la ocasión de recordar la actual situación en Ucrania, «que continúa golpeada por ataques contra sus ciudades» y donde también resultan dañadas «escuelas, hospitales e iglesias». Y ha subrayado, una vez más, el «dolor» en Gaza y de sus «niños» entre los «bombardeos de escuelas y hospitales». Como líder espiritual universal, el Santo Padre pide que «recemos para que la Navidad pueda detener el fuego» en «el mundo entero», frente a tanta «crueldad».
Esta Navidad será mucho más intensa de lo habitual en Roma, ya que se unirán las tradicionales celebraciones navideñas del Papa con el inicio del próximo Jubileo de 2025. El próximo martes 24 de diciembre, a las 19:00 horas, tendrá lugar la apertura de la Puerta Santa desde la Basílica de San Pedro en el Vaticano, dando inicio oficial después de 25 años al nuevo Jubileo de la Iglesia Católica; donde poco después tendrá lugar la Misa de Navidad.
El día de Navidad, a las 12:00 horas, tendrá lugar uno de los momentos más solemnes para los católicos de todo el mundo, es decir, la célebre bendición Urbi et Orbi, a la ciudad de Roma y al mundo, desde el balcón central de la Basílica de San Pedro en el Vaticano por el nacimiento de Jesús. El camino inaugurador del Jubileo continuará con la apertura de las siguientes Puertas Santas, repartidas por otros puntos de la Ciudad Eterna.
El 26 de diciembre, a lo largo de la mañana, el Papa Francisco abrirá también la Puerta Santa de la prisión romana de Rebibbia, una de las más importantes de Italia, donde los detenidos están esperando con expectación la llegada del Santo Padre. El 29 de diciembre, a las 10:00 horas, tendrá lugar la misa y la siguiente apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Juan de Letrán.
Tras el tradicional Ángelus por el día de Año Nuevo a las 12:00 del mediodía, a las 17:00 será el momento de la Puerta Santa de la Basílica de Santa María la Mayor y el 5 de enero, a las 10:00 horas, tendrá lugar la apertura de la Puerta Santa de la Basílica de San Pablo Extramuros. Cuatro basílicas y una cárcel darán comienzo, en medio de la Navidad, al próximo Jubileo dedicado a los Peregrinos de Esperanza. Un Jubileo que, para el Santo Padre, se encuentra dentro del «corazón».