El papa Francisco dijo hoy que el cristiano tiene que ser un hombre gozoso, porque sabe que Jesús está con él, pero que hay muchos cristianos melancólicos «que tienen más cara avinagrada que la gozosa de los que tienen una vida bella».
El pontífice hizo estas manifestaciones en la misa que celebró en la capilla de la residencia de Santa Marta, donde se aloja, en cuya homilía afirmó que el gozo del cristiano no es la alegría que proviene de un momento, sino un don del Señor que llena el interior.
Francisco agregó que el gozo es más profundo que la alegría, ya que ésta, «si queremos vivirla en todo momento, al final se transforma en ligereza, superficialidad, y también nos conduce a aquel estado de falta de sabiduría cristiana, nos hace un poco tontos, ingenuos».
El gozo, precisó el obispo de Roma, es como «una unción del Espíritu y se encuentra en la seguridad de que Jesús está con nosotros y con el Padre».
El papa Bergoglio se preguntó si el gozo se puede «embotellar, para tenerlo siempre con nosotros», y dijo que no, «ya que si queremos tenerlo solo para nosotros al final se enferma y nuestro corazón se encoge un poco, y nuestra cara no transmite aquel gran gozo sino aquella nostalgia, aquella melancolía que no es sana».
«Algunas veces estos cristianos melancólicos tienen más cara avinagrada (peperoncini all’aceto, guindillas en vinagre, según sus palabras) que la gozosa de los que tienen una vida bella. El gozo no puede estancarse: debe avanzar», aseguró.
El pontífice añadió que el gozo es una virtud peregrina, que camina con Jesús y supone predicar y anunciarlo.
«Es propiamente una virtud de los grandes, de aquellos grandes que están por encima de las mezquindades, que están por encima de las pequeñeces humanas, que no se dejan involucrar en aquellas pequeñas cosas internas de la comunidad, de la Iglesia: miran siempre al horizonte», subrayó.
Desde que fue elegido papa, el argentino Jorge Mario Bergoglio oficia todos los días misa en la capilla de la residencia de Santa Marta, a la que asiste el personal que presta servicio en el Vaticano, así como cardenales, obispos y religiosos.
A la misa de hoy asistieron el arzobispo de Mérida (Venezuela), Baltazar Enrique Porras, el abad primado de los benedictinos, Notker Wolf, y empleados de Radio Vaticano.
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