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El papa Francisco aseguró que las vacunas contra el Covid-19 traerán esperanzas “sólo si están disponibles para todos”

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El papa Francisco aseguró que las vacunas contra el Covid-19 traerán esperanzas “sólo si están disponibles para todos”




El papa Francisco y varios obispos y cardenales del continente americano se han adherido a una campaña para invitar a todas las personas a vacunarse “porque es un acto de amor” para sí mismos, para los demás “y sobre todo los más vulnerables”, en un momento en el que el sector ultraconservador de la Iglesia se muestra contrario a vacunas y pasaportes sanitarios.

 

 

Mientras se lanzaba el videomensaje, el cardenal estadounidense Raymond Burke, representante del sector ultraconservador y que había expresado su posición contra las vacunas, se encuentra sedado y con un respirador en un hospital de Wisconsin tras haber contraído la covid-19.

 


“Con espíritu fraterno, me uno a este mensaje de esperanza en un futuro más luminoso. Gracias a Dios y al trabajo de muchos, hoy tenemos vacunas para protegernos de la covid-19- Ellas traen esperanza para acabar con la pandemia, pero sólo si están disponibles para todos y si colaboramos unos con otros, dijo Francisco en su mensaje en español.

 

 

El papa, quien se vacunó el pasado febrero, afirmó que “vacunarse, con vacunas autorizadas por las autoridades competentes, es un acto de amor. Y ayudar a que la mayoría de la gente lo haga, es un acto de amor. Amor a uno mismo, amor a los familiares y amigos, amor a todos los pueblos”.

 

 

Con este videomensaje, Francisco se unió a la campaña “De Ti Depende” del Ad Council y COVID Collaborative para inspirar confianza en las vacunas.

 

 

En el mensaje aparecen también el arzobispo de Los Ángeles (Estados Unidos), José Horacio Gómez Velasco; los cardenales mexicano Carlos Aguiar Retes; hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga; brasileño Cláudio Hummes; salvadoreño Gregorio Rosa Chávez y el arzobispo de Trujillo (Perú) Héctor Miguel Cabrejos Vidarte.

 

 

En Italia, hace unos días, Maurizio Blondet, párroco en Monterosso, en Liguria (noroeste de Italia), colgaba un cartel a la puerta de la iglesia en la que minimizaba los riesgos de la covid y se mostraba abiertamente en contra de las vacunas.

 

 

El gesto del párroco no es algo aislado en Italia donde asociaciones católicas también se han mostrado contrarias a la vacunación obligatoria o a los pasaportes sanitarios al igual que algunos partidos de la ultraderecha como la Liga o Hermanos de Italia.

 

 

En Estados Unidos, según datos publicados por el Public Research Institute, los antivacunas son sobre todo cristianos evangélicos blancos y los bautistas afroamericanos, que viven principalmente en el sur y que votaron en gran mayoría por Donald Trump.

 

 

Pero también desde la archidiócesis de Nueva Orleans y desde los obispos de Canadá llegó una invitación a los fieles a rechazar vacunas “como Johnson & Johnson , debido a su amplio uso de células derivadas de abortos”.

 

 

Una posición contraria incluso a nota de la congregación para la Doctrina de la Fe en la que se aclaraba que “es moralmente aceptable utilizar vacunas anticovid-19 que utilizan líneas celulares de fetos abortados en su proceso de investigación y producción”.

 

 

Iacopo Scaramuzzi, periodista italiano y autor del libro sobre la manipulación del cristianismo por parte de los políticos ultraderechistas y populistas, “¿Dios? Al fondo a la derecha”, explicó a EFE que “hay un sector de católicos ultraconservadores, reaccionarios y tradicionalistas que han abrazado la posición antivacunas por múltiples razones como, por ejemplo, el uso de células procedentes de tejidos obtenidos de fetos abortados, pero a menudo, en el fondo, hay una desconfianza hacia la ciencia y la modernidad”.

 

 

“Más que inspirada por el Evangelio, esta posición me parece inspirada por la superstición o por el milagro y a menudo se une con teorías de conspiración imaginativas con un sabor apocalíptico converge, en el campo político, con las posiciones de la derecha populista y soberanista que cabalga sobre los miedos de un mundo lleno de incertidumbres y utiliza instrumentalmente el lenguaje religioso para reforzar sus creencias de forma dogmática”, añade.

 

 

Considera Scaramuzzi que con el mensaje de hoy, “el papa hace una operación refinada. Explica que no hay contradicción entre fe y ciencia y enmarca el tema de la vacunación en una perspectiva espiritual y moral”.

 

 

 

El cardenal Burke se encuentra desde hace días conectado a un ventilador por sus graves condiciones tras haberse contagiado con el coronavirus, según informaron en su cuenta oficial de Twitter.

 

 

En los primeros meses de la pandemia, el cardenal, uno de los mayores opositores de Francisco, animó a los católicos a que no hicieran caso de las recomendaciones sanitarias y se mostró contrario a las vacunas haciéndose eco además de uno de los bulos que circulan entre los ultraconservadores estadounidenses sobre la inoculación de “una especie de microchip con el que en cualquier momento el Estado puede controlar la salud de las personas”. 

 

EFE

 

 

 


 

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