A partir de este jueves, restan solo 15 días para la fecha hito de la juramentación del nuevo presidente electo de Venezuela. Nicolás Maduro ha dicho que este día será «de fiesta y en paz»; mientras que, Edmundo González Urrutia insiste en que buscará llegar a Caracas para juramentarse, pese a las amenazas oficialistas sobre su detención.
Un reporte de El País de España, destacó que si bien Edmundo González ha sido reconocido con diferentes premios en Europa, como el Sájarov a la libertad de conciencia, y muchas palabras de respaldo y ánimos de cara al 10 de enero; «no ha logrado aún su meta principal: que los países de la Unión Europea lo reconozcan formalmente como presidente electo antes de esa fecha».
«No hay dudas en el espacio comunitario sobre la legitimidad de la lucha de la oposición venezolana y de la falta de la misma del régimen de Maduro, al que Europa ha reclamado insistentemente, sin éxito, que publique las actas electorales del 28 de julio. Unas actas que, según las copias que recopiló la oposición, dan una holgada victoria a González. Pero tras el batacazo internacional que supuso el reconocimiento al también opositor Juan Guaidó como presidente “encargado” en 2019, las presiones desde la disidencia en Venezuela se han topado con el silencio de la mayoría de las capitales. Y ello pese a la presión de grupos políticos como el Partido Popular español para reconocer formalmente ahora a González como presidente electo, algo que consiguió que hiciera el Parlamento Europeo (pero no que este instara a que los Veintisiete lo emularan), y al que esta semana se ha unido el expresidente socialista Felipe González», suscribe el texto.
“Que España diga: Edmundo González es el presidente de Venezuela electo y está a su disposición para ofrecerle los medios necesarios para que sea eficaz su oferta de pactar una transición después de reconocer los resultados” de las elecciones, dijo el expresidente del Gobierno (1982-96) durante un desayuno informativo en Madrid con el diplomático venezolano.
Por el momento solo Italia, después de que lo hiciera Estados Unidos, ha reconocido públicamente a González como “presidente electo”. Aunque dicho título no es tampoco por ahora más que algo formal, ya que al contrario de lo que pasó con Guaidó, por el momento ni siquiera estos países hablan de establecer una diplomacia paralela oficial con Caracas y el presidente electo.
España confirmó hace unos días, el estatuto de asilado político al opositor venezolano con el objetivo de facilitarle los viajes fuera de la UE en el caso de que Maduro le retirara su pasaporte venezolano y para blindarlo en un tercer país en el caso de que algún juez venezolano dicte orden internacional de busca y captura contra él.
Pero por el momento no contempla ir más allá y seguir las peticiones de los González, ni el venezolano ni el español, confirman fuentes diplomáticas.