En 1880, los arrendatarios rurales del condado irlandés de Mayo, respaldados por la independentista Liga Rural Irlandesa, se rebelaron contra los supuestos abusos de un recaudador de rentas inglés, el capitán Charles Cunningham Boycott, administrador de las posesiones irlandesas del conde de Erne, y principalmente de la finca Connaught, situada en el propio condado de Mayo.
Los irlandeses estaban entonces en lucha por la independencia y el famoso orador Charles Parnell, miembro del Parlamento y presidente de la Liga Rural Irlandesa, había recomendado a los campesinos irlandeses que no trabajasen las tierras de propiedad inglesa y sometiesen a un total ostracismo social a sus dueños y arrendatarios, a menos que el Parlamento inglés revocase la Ley Agraria que trataba de imponer.
En aquel contexto de rebelión social, el capitán Boycott fue la primera víctima del rechazo popular. Las tiendas se negaban a venderle cualquier cosa; se produjeron ataques contra sus propiedades e, incluso, su correo quedó bloqueado. Boycott, ante tal acoso, tuvo que marcharse de Irlanda.
Paradójicamente, al regresar a Inglaterra se convirtió en uno de los más eficaces defensores de los derechos irlandeses, hasta el punto de que, cuando volvió años después a Irlanda, fue aclamado por el pueblo.
Este hecho histórico dio nombre desde entonces a lo que se conoce como ‘boicot’.
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