Siempre se ha pensado que la goma de mascar tiene su origen en los Estados Unidos de América, y a pesar de que en este país nace la primera patente de la misma y fue donde se comercializó tal golosina, sus orígenes se remontan a tribus indígenas de México y países de Centroamérica, además de su uso durante la Segunda Guerra Mundial.
La goma de mascar o chicle, tiene sus orígenes en las practicas mayas y aztecas. Los indígenas obtenían un látex natural de un árbol llamado Chicozapote, esto formaba una sustancia gomosa que era utilizada por muchos con fines sanitarios para mantener sus dientes limpios y un buen aliento.
Durante la Segunda Guerra Mundial, al norte de Europa los soldados utilizaban la resina de abedul, que también era una sustancia gomosa, con el fin de controlar la ansiedad y reducir el estrés vivido durante la Guerra.
Pero a pesar de que su origen es tan remoto, la goma de mascar no se vuelve viral sino hasta que los Americanos toman la sustancia y la vuelven conocida. Según la data, durante mediados del siglo XIX, el general mexicano Antonio López de Santa Ana, ofrece a los americanos una sustancia de látex natural de donde podrían sacar caucho a fin de producir neumáticos. Es en ese momento donde Thomas Adams interviene y se da cuenta que tal látex era demasiado suave para obtener caucho pero no demasiado duro para crear el famoso chicle.
Junto con su hijo mezclan el látex con azúcar y sabores artificiales y obtienen la famosa goma de mascar. Durante el año de 1869, Adams solicita la patente necesaria para su comercialización y dos años más tarde, sale a la venta la primera versión de los Chiclet´s Adams que principalmente se vendía solo en las farmacias.
Años posteriores sale al mercado la versión de tutti frutti, y para el año de 1870 aparece un competidor de la marca que crea los chicles Yucatán cuyo sabor es el famoso sabor a menta. Ya para los años 80 los chicles se convierten en un dulce de fácil acceso para todos y de gran comercialización para las empresas creadoras.
Actualmente se estima que el consumo de chicles en Estados Unidos genera para las compañías creadoras millones de dólares en ganancias, no importa el uso que los consumidores le den pero los chicles forman parte de las golosinas que cambiaron el mundo.
Fuente: Culturizando