Con un poco de suerte (y de ganas) habrás experimentado este incomparable placer en muchas ocasiones pero, ¿qué sucede exactamente en el cuerpo y la mente para que se produzca un orgasmo? ¡Toma nota!
El orgasmo es sinónimo de placer sexual, una sensación tan placentera que solo los que la han experimentado pueden entenderla. A veces tarda en llegar y otras lo hace antes de lo previsto, pero siempre, siempre, dura menos de lo que nos gustaría. ¿Alguna vez te has preguntado de dónde viene esta ola de placer inconmensurable? ¿Qué ocurre en nuestro cuerpo durante el orgasmo? A continuación analizamos este fenómeno psíquico que tanto nos gusta, pero antes te dejamos con unas cuantas posturas que te ayudarán a alcanzarlo.
¿Qué sucede en el cuerpo durante el orgasmo?
Las manifestaciones físicas de nuestro cuerpo (y el de nuestra pareja) durante el orgasmo son bastante sencillas de reconocer y varían, sobre todo, según el sexo:
En el hombre: eyaculación y contracción de los músculos del perineo.
En la mujer: el clítoris se retrae; la vagina, el perineo y el útero se contraen y los pezones se ponen en punta. Algunas pocas mujeres también pueden segregar un líquido blanquecino durante el orgasmo. Además, últimamente está más de moda que nunca el squirt, otro tipo de eyaculación algo más difícil de conseguir pero igualmente muy placentera.
En ambos casos el ritmo cardíaco se acelera y los vasos sanguíneos se dilatan. El placer físico tiene como resultado la secreción de endorfina, una sustancia que aporta una sensación de relax y bienestar. Así que ya sabes, incluso estando sola, este es un motivo más que suficiente para experimentarlo.
Consejos para lograr un orgasmo perfecto
En general, un orgasmo suele producirse gracias a la estimulación de zonas erógenas: caricias preliminares, cunnilingus, felación, masturbación, penetración… Sin embargo, el mundo de las fantasías sexuales es amplísimo y cada persona es un mundo, por lo que lograr un orgasmo puede ser una experiencia muy diferente según de quien se trate. También puede producirse en otro tipo de circunstancias algo más inusuales, como por ejemplo, mientras dormimos. En cualquier caso, con un poco de ganas y con la persona adecuado, conseguir un orgasmo es relativamente sencillo.
La mejor manera de disfrutar de un buen orgasmo es conociendo bien nuestro cuerpo. Tenemos muchos puntos sensoriales que si se estimulan correctamente llegamos directamente al séptimo cielo ¡pero hay que saber donde están! La solución: practicar la masturbación para explorar las múltiples posibilidades orgásmicas. Por lo tanto, familiarízate con las siguientes zonas erógenas:
El clítoris, es un pequeño apéndice que se encuentra en los labios vaginales. Se accede con facilidad y es muy sensible a las caricias. Estimularlo es la mejor idea para conseguir un gran y plancentero orgasmo.
El punto G está al lado de la vejiga, detrás del hueco púbico y detrás de la uretra, a 4 cm de la entrada vaginal. Si se estimula en repetidas ocasiones presionándolo con el dedo o un vibrador te permitirá sensibilizar la zona.
Si vas practicando poco a poco sabrás qué es lo que te gusta y para disfrutar cada vez que te apetezca tú misma o para decirle a tu pareja cómo actuar y disfrutar al máximo en la cama. Otra idea muy excitante es ir variando de escenario.
El orgasmo femenino en cifras
Hay que distinguir el orgasmo clitoriano del orgasmo vaginal, mucho más difícil de alcanzar.
El 95% de las mujeres consigue tener un orgasmo clitoriano mediante la masturbación, y un 45% cuando es la pareja quien les acaricia la zona erógena.
No hay mitos con el multiorgasmo. Si los hombres conocen un periodo “refractario” después del orgasmo (fase de recuperación durante la cual son insensibles a cualquier tipo de estimulación), las mujeres, al contrario, podemos gozar de varios orgasmos seguidos.
En cuanto al orgasmo vaginal, sólo un 30% de las mujeres lo consigue durante la penetración. No obstante, es una pena que sólo un 30% lo consiga ya que según algunos sexólogos el orgasmo vaginal es mucho más intenso y profundo que el orgasmo clitoriano.
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