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El negocio informal del cambio de moneda prolifera en la frontera a precios de usura

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El negocio informal del cambio de moneda prolifera en la frontera a precios de usura

El 94 % de las transacciones que se realizan en el estado Táchira, fronterizo con la república de Colombia, se registran en pesos, otro porcentaje ínfimo en dólares y, por último, con los bolívares digitales, puesto que la moneda nacional, en físico, está ausente en la región con la presencia requerida, desde los dos últimos conos monetarios instaurados por el Gobierno.

La región conocida por ser parte de la frontera más activa de América Latina está en constante transformación, en lo que respecta a la búsqueda de recursos para el sustento de las familias, de allí que el contrabando de víveres, gasolina y todo aquello que se pueda comercializar está a la orden del día; es por ello que la necesidad de poseer el medio para las transacciones, monedas o billetes es indispensable.

La necesidad genera el nacimiento de fuentes que las cubran y es allí donde los cambistas se erigen como herramientas informales de la economía local. Con sus predicciones económicas y basados en algunos visos de política financiera ofrecen a un público ávido de efectivo, el cambio en otras divisas, bajo un mínimo porcentaje de ganancia, en épocas fluctuantes y un incremento significativo, cuando la demanda es evidente.

Los bolívares que pululan en la región andina son los obtenidos a través de los bonos entregados por el Estado, los salarios de los funcionarios públicos y lo dispuesto, en la misma modalidad, en las empresas privadas que aún no cancelan en divisas a sus trabajadores.

Con estas tres fuentes se mueve el negocio del cambio, el cual estimula la economía regional con capitales activos y además genera riqueza a un grupo organizado, pero informal, que se observa con mayor énfasis en las puertas de la terminal terrestre de San Cristóbal, cuya cara visible son mujeres jóvenes que ofrecen el servicio cambiario mientras golpean con frenesí los billetes sobre una mesa plástica en la que también presentan productos de la cesta básica.

-El negocio informal del cambio –

Jeisy Carolina Velázquez Ortiz tiene 29 años y maneja cifras precisas para el cambio de bolívares a pesos colombianos (COP) y dólares americanos (USD$) además de fluctuaciones, en su beneficio, si los recursos llegan en las remesas o si requieren que sean cambiados en las plataformas de pago electrónico como Zelle o Patria.

Velázquez Ortiz arguye que los canjes en el inicio del año se han modificado, pues el índice de cambio y de la ganancia se procesa diariamente. Así que expresa que el monto con el cual cambia bolívares a pesos no lo estipulan las mediciones del Banco Central de Venezuela, el Banco de la República (Colombia) o el Sistema de la Reserva Federal de EEUU, lo define el comportamiento del dólar en la frontera.

“Si los montos del precio del dólar con respecto al peso se mueven entre 3.700 o 3.750 pesos los redondeamos en 3.600 por cada dólar (…) también hay cambios dependiendo de la denominación del billete si es de 100 dólares su valor es de 3600 pesos, si son de 50 y 20 dólares, su valor es de 3.590 y si son de 10, 5 y 1 dólares el precio cae a 3580 pesos”.

En el caso de definir como se cambiarán los bolívares a pesos, aduce que las disposiciones se generan en una media entre lo que presenta el Banco Central de Venezuela y el mercado negro.

“Si el precio de un dólar es 3.700 pesos colombianos y esto a su vez representa Bs.4,64 (para el momento de la entrevista) de acuerdo con el BCV y Bs.4,90 en el mercado negro lo que hacemos es dividir 3700 entre 4,64 (797) y luego 3700 entre 4,90 (755) y sacamos una media para presentar el precio de pesos por bolívares (…) la cifra que dejamos es 730 (…) cada día esto cambia y a veces de la mañana para tarde (…) entonces quienes llegan a cambiar bolívares deben saber que si tiene, por ejemplo, 500 bolívares deben multiplicarlos por el monto que tenemos estipulado, es decir 730 (…) el monto en pesos por 500 bolívares es de 365.000 pesos colombianos”.

José Alexis Cabrera tiene un establecimiento en la comunidad del barrio «Monseñor Ramírez», en la parte baja de la capital tachirense, donde ofrece desde recargas de celulares hasta loterías; sin embargo, el negocio más rentable es el cambio de bolívares a dólares o pesos sumado al cambio en plataformas como Zelle y Patria, aunado a ello, maneja contactos en BanColombia y Western Union así los usuarios de su servicio no viajan hasta la ciudad de Cúcuta, Norte de Santander en Colombia, para recibir el dinero que se envía desde el exterior.

Cabrera explica que, en el caso de las remesas y del cambio de los bolívares que entrega el Estado a través de la plataforma Patria, que la transacción es simple y con un costo, en las remesas, de 5 % del monto total y, en los bonos, de 2000 (Bs.2,7) y 3000 pesos colombianos (Bs.4).

“Los pagos que llegan a Western Union en Cúcuta son los más solicitados (…) yo ofrezco el servicio desde San Cristóbal y así no viajan (…) las personas me dan su nombre completo y el número de cédula de identidad y yo corroboro vía telefónica si el dinero llegó, si es así cierro la transacción y les entregó el monto correspondiente menos el cinco por ciento de mi comisión (…) si el dinero aún no ha llegado solo cobro por la información 10.000 pesos (Bs.13.6)”.

Con los bonos gubernamentales, aduce que es muy poco dinero, por lo que solo cobra por pasarla de la plataforma a su cuenta y entregar los pesos que se generen al cambio del día. “En una mañana, cuando se aprueba un bono puedo llegar a atender a 15 personas (…) de 30.000 (Bs.49.8) a 40.000 pesos (Bs.54.4) es la ganancia que deja Patria”.

El cambista asegura que los montos que se cobran no son excesivos, pues en una remesa pueden enviar USD$1.000 hasta USD$5.000 por mes, cuando se trata de montos altos y, en los montos bajos, solo realiza transacciones a partir de USD$300.

-La necesidad y la seguridad –

Graciela Marina Bermúdez tiene dos hijos fuera del país, uno está en Chile y otro en los Estados Unidos. De acuerdo con su testimonio, recibe por remesas de USD$700 a USD$1000 por mes. Con ese dinero “sobrevive en una Venezuela donde todo aumenta en pesos, dólares y bonos”.

Aduce que busca realizar las transacciones que acarrea la obtención del dinero desde San Cristóbal porque es el medio más seguro. “Mis hijos ya tienen cuatro años fuera (…) al principio viajaba a Cúcuta y pasaba por la trocha (…) un peligro que sabía que corría, pero no fue hasta que unos hombres vestidos de militares, en el lado colombiano, me revisaron y descubrieron que traía el dinero (…) solo me dejaron lo del pasaje de regreso”.

Entiende que lo que cobran los cambistas es superior a lo que se queda en las empresas financieras (solo 2 % del monto total en Western Union) pero la seguridad de tenerlos cerca y no correr riesgos es lo que hace que los busque mes a mes para acceder a los recursos que llegan.

“Es usura, pero si no hay instituciones financieras que ofrezcan el servicio con la rapidez requerida se tiene uno que sumar a ese triángulo donde los únicos que pierden son los que envían el dinero desde otros países”.

 

 

Fuente: El Nacional

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