1948 fue el año en el que se inventó el primer código de barras. Los responsables de ello fueron Norman Woodlandy y Bernard Silver, dos estudiante de la universidad de tecnología de Drexel.
Este maravilloso invento que tal vez no percibimos con la magnitud que merece fue una solución que brindaron Woodlandy y Silver al dueño de una tienda de supermercado cuando este se les presentó con la inquietud de querer acelerar los atascamientos en las cajas de su negocio.
La primer versión del código de barras (que fue patentada el 7 de octubre de 1952) consistía en una serie de círculos concéntricos que almacenaban la información de cada producto, y que luego podía ser detectada por un lector automático.
Aproximadamente en 1966 se empezó a usar comercialmente en todas partes y esto desembarcó en la necesidad de crear un código de barras universal. El encargado de hacer esta tarea fue George J. Laurer en 1973, quien bautizó a este nuevo código estándar con el nombre de U.P.C. (Código de Producto Universal)
Este código de barras se leía y se lee actualmente con un lector de infrarrojos. Este lector detecta la información almacenada en las barras según el grosor de las líneas negras y el espacio que hay entre ellas.
A veces este tipo de inventos pasan desapercibidos en nuestra vida por ser de orden cotidiano, pero sin duda se merece mucha más atención de la que tiene. El código de barras ha permitido que el comercio se universalice de manera más acelerada y ha hecho nuestros viajes a los supermercados mucho más ágiles.
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