El 5 de junio fue declarado por la ONU el Día Mundial del Medio Ambiente para reconocer el esfuerzo de los gobiernos y de individuos en su lucha por proteger el planeta.
En casi todo el planeta se realizan actividades para recordar esta fecha y para resaltar que, a pesar de todos los esfuerzos, se mantiene una gran deuda ambiental.
No son pocas las actividades tanto públicas como privadas que se realizan para recordar la importancia de preservar para las futuras generaciones este atropellado planeta.
El tema central de este nuevo aniversario está relacionado con el desperdicio y la pérdida de alimentos. Tema muy sensible en Venezuela en donde nos dimos el lujo de desperdiciar miles de toneladas de alimentos, abandonados en contenedores ante la vista cómplice de funcionarios del Gobierno, mientras unos cuantos hicieron festín con las divisas que les fueron otorgadas para importarlos.
En un día tan especial como éste vale la pena refrescar el caso de “Pudreval” como uno de los episodios lamentables de las irregulares oficialistas a las que el país ha estado sometido en los últimos años.
El tema del desperdicio de alimentos es preocupante a escala mundial, porque tal como lo señalan fuentes del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente: entre 30% y 40% de lo que se cultiva en el planeta se pierde entre el campo y el consumidor. “Piensa, aliméntate, ahorra”, es la nueva campaña que lanzó la FAO y el Pnuma para crear conciencia de la pérdida que representa el desperdicio de alimentos para millones de seres humanos hambrientos.
Sumemos los recursos que se agotan, la tierra, agua, inversiones y el trabajo de miles de hombres y mujeres dedicados al campo y a la agroindustria. Los expertos piden que se tenga conciencia tanto pública como individual de lo que significa el desperdicio de comida y la importancia de que se tomen medidas nacionales para concienciar en esta materia.
En el caso de Venezuela, la desidia ambiental es evidente. Las estadísticas internacionales accesibles demuestran pocos avances en los últimos 20 años. Por ejemplo, las emisiones de dióxido de carbono (CO2) per cápita y cuya ultima actualización es de 2012, revelan que somos más contaminantes que en 1990. Ello es un indicativo de que hemos hecho poco por proteger el medio ambiente.
Precisamente, por nuestra condición de productor de petróleo debemos ser consecuentes con las mejores prácticas ambientales. Tener acceso a energías limpias es parte de la ecuación para que el país prospere y se desarrolle mientras contribuye en la lucha contra el cambio climático.
En homenaje al medio ambiente y a los venezolanos en un día como este, el Gobierno debería prometer que no importará mas chatarra militar de Rusia, que obligara a los camiones de Pdvsa a cumplir los estándares de emisión de carbono y que no aceptará que nuestros puertos se convierten en depósitos de alimentos que se pierden mientras unos pocos hacen sus guisos.
Editorial de El Nacional