Nunca has estado tan cerca de la asfixia como cuando te sacas los zapatos. Y es que el hedor que se desprende de tus pies es en verdad insoportable. No tienes por qué seguir así. De hecho, si quieres dejar que tu nariz –y la de todos los que te rodean– siga con vida, solo tienes que acompañarnos y leer este post sobre el mal olor de pies y algunos consejos para prevenirlo.
¿Por qué sudan tanto?
En esta parte de nuestro cuerpo se concentra un gran número de glándulas sudoríporas. Esta es la razón por la que los pies son particularmente propensos a sudar. Fisiológicamente, este es un mecanismo purgante del organismo, y no trae ningún tipo de consecuencias negativas para nuestro cuerpo. No obstante, la sudoración excesiva puede tornarse en una verdadera fuente de vergüenza y preocupación.
Y, ¿qué hay del hedor?
La sudoración excesiva crea el ámbito ideal para la proliferación de bacterias. Y son estas las responsables del mal olor. De hecho, y más particularmente, son sus desechos los causantes del hedor. Estos son gases similares a los que liberan las bacterias que se emplean para producir queso. Por este motivo, y para sorpresa de muchos, podría decirse que la célebre frase «mis pies huelen a queso» no es arbitraria, sino que tiene una cierta base científica.
¿Cómo combatirlo?
Para prevenir el mal olor de pies, no utilices talco. Este suele contener aluminio, que en determinadas proporciones puede llegar a ser muy dañino para el organismo. En su lugar, acude a las siguientes alternativas naturales:
La primera es la harina de maíz. Lo creas o no, esta será tu gran aliada para que tus pies puedan volver a ver la luz. Así que espolvoréala en tus zapatos, tal como si fuera talco. Ella se encargará tanto de absorber la humedad, como de neutralizar el mal olor.
También, puedes acudir al té.Este contiene ácido tánico; secará tus pies y reducirá el sudor y el hedor. Solo tienes que preparar una palangana con agua fría y dos sacos de té, y dejar reposar tus pies allí durante 30 minutos.
Y, finalmente, siempre puedes contar con el vinagre blanco. Este es un poderoso desinfectante, que impedirá el crecimiento de bacterias y así acabará con la raíz del problema. Así que sumerge tus pies en un recipiente con agua y media taza de vinagre blanco.
Pon en práctica estos consejos y vivirás más liviano: ya no tendrás que padecer la inmensa carga que supone sentir tanta vergüenza y preocupación. ¡A por una vida sin hedor!
Fuente: imujer