El líder de la organización extremista Estado Islámico (EI), AbuBakr al Bagdadi, exigió a todos los musulmanes que emigren de forma «obligatoria» al «califato islámico» que ha declarado recientemente en Irak y Siria.
En un discurso con ocasión del mes sagrado de ramadán difundido en foros yihadistas, Al Bagdadi afirmó que ese territorio «pertenece a todos los musulmanes» y no solo a Irak y Siria.
El líder del EI dirigió ese mensaje especialmente a los estudiantes de religión, predicadores, ulemas, jueces, ingenieros, médicos y aquellos especialistas en la administración, los servicios y el ejército.
«Es su deber (emigrar) porque los musulmanes los necesitan», apuntó.
Asimismo, pidió a los combatientes del Estado Islámico continuar su lucha sin descanso en Irak y Siria, y destacó que entre ellos hay extranjeros de otras nacionalidades, entre ellos occidentales.
«Los musulmanes tienen que estar muy contentos porque tienen un estado y un califato que os va a devolver vuestro orgullo», afirmó Al Bagdadi.
El dirigente yihadista prometió vengarse de las violaciones cometidas contra los musulmanes en todo el mundo y puso de ejemplo la discriminación que sufre la minoría étnica musulmana de los rohingyas en Birmania (Myanmar) y los supuestos abusos en países como Irak, China, Pakistán, Túnez, Argelia o Marruecos.
«Nos vamos a vengar de estas violaciones, aunque sea después», subrayó Al Bagdad, que auguró un momento en que «el musulmán vaya por todos los sitios y sea muy respetado».
En su alocución, criticó «el doble rasero» con el que se suele utilizar el término «terrorismo».El líder del EI consideró que también se practica terrorismo cuando se violan los derechos de los musulmanes en el mundo.
«Cuando quieres que gobierne la ley de Dios y rechazas la dependencia, entonces te consideran terrorista», agregó.
El EI, una escisión radicalizada de Al Qaeda, declaró el domingo un califato musulmán desde la provincia siria de Alepo hasta la iraquí de Diyala, tras los últimos avances que ha hecho en Irak, donde el pasado día 10 tomó la ciudad de Mosul, la segunda del país.
ABC.es