Arnoldo Gabaldon Foto: Grupo Orinoco
Un panel integrado por Víctor Álvarez, Patricia Ramos Cárquez y Leonardo Vera identificó rutas hacia el desarrollo sostenible en Venezuela. Los expertos coinciden en que solo habrá crecimiento si las personas tienen la posibilidad real de expandir sus capacidades en libertad
Cada vez es más difícil soportar un modelo de desarrollo que ha profundizado la pobreza de la mayoría de la población y, además, destruye el medio ambiente, como es el caso del rentismo que ha privado en Venezuela.
Con esa convicción, el Grupo Orinoco realizó un debate con un panel de expertos, como evento central de la celebración del décimo aniversario de este centro de pensamiento, reflexión y acción en políticas públicas para el desarrollo sustentable.
El debate, denominado “Más allá del rentismo”, se realizó este 28 de septiembre de 2023, en el auditorio Mauricio Ramia del Jardín Botánico de Caracas. Con la moderación de Werner Corrales, intervinieron como panelistas: Patricia Ramos Cárquez, especialista en desarrollo territorial y proyectos; Víctor Álvarez, especialista en planificación del desarrollo; y Leonardo Vera, especialista en políticas públicas para el desarrollo.
Al instalar el encuentro, Arnoldo Gabaldón, coordinador del Grupo Orinoco, agradeció a los expertos y expertas que desde hace diez años se han esforzado en aportar ideas para la reconstrucción democrática del país, a partir de la necesidad de sustituir el modelo rentista petrolero por un modelo de desarrollo centrado en el capital humano.
Ello implica la diversificación de la economía y la restauración de la institucionalidad en el país, con criterios de sustentabilidad energética y ambiental, explicó Gabaldón, quien fue el creador y primer ministro del Ambiente de Venezuela, en la década de los 70.
Werner Corrales lo resumió: “Una sociedad está en desarrollo cuando sus integrantes tienen oportunidades reales de expandir sus capacidades”.
¿Qué es la crisis del rentismo?
Víctor Álvarez considera que Venezuela necesita una dirigencia política responsable que no incurra en lo que él califica como un error: “Proyectar al país como una gran potencia energética y plantear irracionales metas de extracción petrolera”.
“La transición energética desde los combustibles fósiles hacia las energías renovables es asumida por una creciente cantidad de países que se han comprometido en lograr la meta de emisiones de carbono cero en 2050, es decir en un plazo de 25 años. Entonces, ¿qué sentido tiene hablar de 300.000 millones barriles de petróleo de reserva, que, a razón de 3 millones de barriles diarios, requerirían 300 años para hacer aprovechadas plenamente?”, señala el experto.
En ese orden de ideas, Álvarez advierte que a Venezuela apenas le queda un cuarto de siglo para rentabilizar sus reservas de petróleo: “Si se logra reconstruir la industria petrolera podrían rentabilizarse unos 25.000 millones de barriles de petróleo a razón de 1.000 millones de barriles por año”.
“Inexorablemente -prosigue el economista- el resto de los 300.000 millones de barriles que se presentan como reservas probadas se quedarán en el subsuelo. Esa es la crisis del rentismo, la cual nos impone pensar en un nuevo estilo de desarrollo que aproveche la rentabilidad que aún le queda al petróleo, para echar las bases de una sociedad inclusiva, económicamente próspera y ambientalmente sustentable. Irónica o paradójicamente, el reto es rentabilizar el mayor volumen de reservas posible para invertirlo en superar las patologías que nos ha dejado el rentismo”.
Álvarez cuestiona las opciones ensayadas por los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro para afrontar la crisis del rentismo petrolero: “El desarrollo de las industrias básicas y la explotación del Arco Minero del Orinoco son más de lo mismo; es decir, la prolongación de explotación intensiva de recursos naturales que destruye la naturaleza”.
Según el especialista, el nuevo modelo de desarrollo posrentista no debería ser sinónimo de país industrializado, sino de país desindustrializado, sin actividades que generen emanaciones gaseosas, efluentes líquidos y desechos sólidos que contaminen y dañen el ambiente. El reto, al menos, debe ser minimizar la generación de residuos y desechos.
El experto insiste: “La tesis de sembrar el petróleo tiene que ser reinterpretada y adecuada. No tiene sentido destinar la renta petrolera a la minería extractiva, las industrias básicas o a otras actividades depredadoras de la naturaleza o intensivas en el consumo de energía”.
La opción de desarrollo sostenible que propone Víctor Álvarez apunta hacia la inversión de la renta petrolera en el desarrollo del capital humano, en la creación de capacidades científicas y tecnológicas, en el desarrollo de sistemas de información y la consolidación de la infraestructura nacional de telecomunicaciones.
Obstáculos y posibilidades
Para Patricia Ramos Cárquez, ingeniera agrícola y especialista en desarrollo territorial y proyectos, la crisis de Venezuela tiene carácter sistémico y, lo peor, ha sido normalizada.
Al ser consultada sobre los principales obstáculos para avanzar hacia un desarrollo sustentable en Venezuela, Ramos Cárquez puso el acento en lo humano: “La desesperanza que nos entrega al fatalismo y la resignación. La desconfianza que impide la interrelación y el compromiso entre las personas, así como la gestión de conflictos sobre la base de la buena fe. Y, en tercer lugar, la actitud pasiva por ausencia de capacidades o por la propensión de las personas a esperar del Estado las soluciones a todos sus problemas”.
La ruta que ofrece la experta está orientada a logros en lo político, lo social y lo ambiental. El logro político: la inserción de todas las personas en la dinámica del desarrollo del bienestar, lo cual implica una efectiva pertenencia a la sociedad a través del ejercicio de la ciudadanía y una institucionalidad incluyente que asegure a todos y ofrezca oportunidades de participar en los beneficios de la vida colectiva y en las decisiones orientadas a ese propósito.
El logro social: la construcción de una sociedad cohesionada, que gestione eficientemente los conflictos y haga sinergia entre los diferentes actores e intereses. “La construcción de una sociedad donde los valores públicos y privados sean respetados y alentados”, prosiguió Ramos Cárquez.
El logro ambiental: la consideración de los recursos naturales y los equilibrios ecosistémicos para la creación y consolidación de un gran sistema nacional de áreas naturales interconectadas, con diferentes escalas, en donde se inserten los centros poblados y sus territorios”, indicó la ingeniera.
Ramos Cárquez descarta la posibilidad de que a través de reformas puntuales al rentismo se pueda superar la crisis multidimensional en Venezuela. La experta razona que el rentismo anula las libertades ciudadanas y sin libertad no puede haber verdadero desarrollo.
Redescubrir al ciudadano
El economista Leonardo Vera abundó en argumentos sobre la necesidad de que el modelo de desarrollo que sustituya al rentismo tenga como prioridad a la ciudadanía: “Hay que redescubrir la figura del ciudadano. Hay que fomentar la participación de la sociedad civil en la formulación de políticas públicas, pues en el país está negada la posibilidad de que los ciudadanos dialoguen con los que toman decisiones”.
Vera sostiene que “es necesario fomentar la participación de la sociedad civil en la formulación de políticas públicas y desmontar retóricas demagógicas, como que el petróleo es de todos los venezolanos”. Explicó que, por ley, el petróleo es del Estado y no de la Nación y, en un contexto de déficit democrático como el que existe en Venezuela, el Estado es lo mismo que el gobierno, el cual administra la renta petrolera a su conveniencia y no necesariamente en beneficio de la población.
Ese enfoque en el componente humano de un nuevo modelo de desarrollo, implica corregir la disfuncionalidad institucional que anula la posibilidad de que la ciudadanía disfrute de los beneficios del desarrollo sin sectarismos y se avance hacia equilibrios sociales.
Al imaginar las tareas prioritarias para superar el rentismo, Vera recordó que “en Venezuela hay hambre y desnutrición, ante lo cual es imperativa la construcción de redes de atención con cooperación internacional”.
La educación como instrumento para la creación y consolidación de capacidades es, en opinión de Vera, otra tarea urgente. Sin embargo, con un ejemplo, advirtió la dimensión del desafío tras décadas de maltrato a la educación pública: la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UCV recibe una asignación presupuestaria de 2.550 bolívares al mes; es decir, 74 dólares.
Leonardo Vera, Patricia Ramos, Víctor Álvarez y Werner Corrales
Foto: Grupo Orinoco