La violencia entre grupos musulmanes y cristianos que, en los últimos meses, sacude la República Centroafricana amenaza con colapsar el sistema económico del país, según advierten diversas organizaciones humanitarias. En un reciente estudio llevado a cabo por Oxfam y Acción Contra el Hambre, se encontró que en la capital, Bangui, tan solo resisten una decena de mayoristas (quienes importan comida desde los países vecinos) tras el éxodo llevado a cabo por la población musulmana. De igual modo, la mayor parte de ellos amenaza con marcharse sin la seguridad no se restablece.
Hace tan solo unos días, el misionero italiano Aurelio Gazzera, quien ha salvado centenares de vidas en la ciudad de Bozoum, al noroeste, advertía a ABC que el aspecto económico de la crisis no debía ser subestimado: «Casi todos los comerciantes eran musulmanes y, ahora, con su partida, hay dificultades para encontrar géneros importados (aceite, sal, azúcar…), cuyos precios aumentan rápidamente. Y a cambio, los productos vendidos por la población local (yuca, maní…) pierden valor y el precio cae de forma rápida. Entonces habrá poca disponibilidad de dinero, con todas las consecuencias», aseguraba a este diario.
Las consecuencias comienzan a ser atroces. A un solo mes del inicio de la época de cosecha, el 96% de los agricultores no tiene semillas para plantar, mientras que el 90% de la población sobrevive con tan solo una comida al día.
Venganza tras venganza
Casi un año después de que un golpe de Estado del grupo insurgente Seleka provocara la salida del país del presidente François Bozizé y abriera una crisis política en el país africano, son ahora las milicias anti-balaka (patrullas urbanas que se han tomado la justicia por su mano), quien han dado la vuelta a la tortilla del crimen clamando venganza contra todo lo que es musulmán.
«La República Centroafricana se arriesga a enfrentarse a una situación similar a un asedio», destaca Philippe Conraud, director de Oxfam en el país. «Muchos de los que han huido de los ataques en Bangui fueron la columna vertebral de la economía local. Las consecuencias de no proteger a los que se quedan pueden ser desastrosas para todos», añade.
ABC de España