El influyente ex mandatario Álvaro Uribe, jefe del partido del presidente electo de Colombia, pidió este miércoles al Senado abstenerse de votar su renuncia tras anunciar en días pasados su salida del Congreso por una investigación penal que lo involucra.
A través de Twitter, Uribe solicitó a su copartidario y jefe del Senado, Ernesto Macías, que «retenga sin considerar» su carta de dimisión.
Sin embargo, no aclaró de inmediato si se trata de una decisión temporal o definitiva.
He pedido al senador Ernesto Macías, Presidente de la Corporación, que retenga sin considerar mi carta de renuncia. Por razones de honor nunca ha estado en mi mente que la Corte Suprema deje de conocer el caso para el cual me citan a indagatoria
— Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel) 1 de agosto de 2018
El ex presidente, que gobernó entre 2002 y 2010, sugirió que de momento seguirá en el Senado para que la Corte Suprema mantenga la competencia de investigarlo por los presuntos delitos de soborno y fraude procesal.
«Por razones de honor nunca ha estado en mi mente que la Corte Suprema deje de conocer el caso para el cual me citan a indagatoria», escribió.
El 24 de julio Uribe anunció sorpresivamente su retiro del Congreso tras ser vinculado formalmente ese día a un proceso penal.
La decisión de la Corte Suprema, encargada de juzgar a los legisladores, sacudió las filas del futuro oficialismo en la antesala de la posesión de Iván Duque, delfín político de Uribe, como nuevo presidente de Colombia el próximo 7 de agosto.
El dirigente de 66 años, fundador del partido Centro Democrático, juró para su segundo mandato como senador el 20 de julio tras obtener la votación más alta en las legislativas de marzo.
Sin embargo, la justicia lo tenía en la mira a raíz de un caso que se remonta a 2012.
Ese año presentó una denuncia contra el congresista de izquierda Iván Cepeda ante la Corte Suprema por un supuesto complot con testigos falsos.
Según Uribe, mediante esa maniobra su adversario político quiso involucrarlo en actividades criminales de los grupos de ultraderecha que combatieron por décadas a las guerrillas.
En un insospechado giro, la justicia no solo se abstuvo de procesar a Cepeda, sino que abrió en febrero una investigación previa contra el ex mandatario bajo la misma sospecha: manipular testigos contra su opositor.
La ley sanciona con penas de hasta ocho años de prisión los delitos por los que será indagado el ex presidente, el político más influyente de este siglo en Colombia y quien, a través de Duque, logró recuperar el poder para la derecha más crítica del proceso de paz con la disuelta guerrilla FARC.
Uribe, que siempre ha alegado inocencia, está citado a indagatoria ante la Corte Suprema el 3 de septiembre.