De un tiempo para acá vemos en las redes y particularmente en chats de gente supuestamente pensante, una visión fatalista de la política continental, según la cual, era casi un hecho inexorable el triunfo larvado de expresiones neocomunistas en Ecuador, Perú, Chile y Colombia y, por supuesto, la inamovilidad en el tiempo del castro-madurismo.
Pues bien, los hechos no confirman esa visión pesimista. No se dió ese triunfo en Ecuador; lo del Perú está por verse, no sólo por lo cerrado del resultado, sino porque Castillo tiene alrededor de 30 diputados, de los 130 que conforman el Congreso peruano. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que en julio habrá elecciones parlamentarias.
En Chile, los partidos tradicionales y, en particular, la democracia cristiana, obtuvieron la mayoría de las gobernaciones. Y en Colombia el paro se ha ido desinflando y el millón de personas de las que se vanagloriaba Petro que iban a marchar hacia Bogotá, si acaso llegaron a 25000.
Lo importante es entender que en la región la mayoría de la población quiere paz y prefiere gobiernos de centro que de los extremos, sean estos de derecha o de izquierda.
Editorial de Analítica.com
