La cantante británica llevaba siete con Simon Konecki, padre de su único hijo. La pareja no había firmado capitulaciones matrimoniales
Adele, en los premios Grammy, en 2017. JORDAN STRAUSS JORDAN STRAUSS/INVISION/AP
Adele y su marido se separan
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Las canciones románticas son, en multitud de ocasiones, fruto de un corazón roto. A mayor drama vital, más fuerza, más garra, más dolor… y más discos vendidos. No es de extrañar, por tanto, que muchos internautas de pluma afilada ya apunten a que los próximos temas de Adele vayan a ser especialmente conmovedores: la artista anunció el pasado sábado el fin de su matrimonio con el financiero Simon Konecki. Un adiós que no solo romperá canciones y corazones, sino también cuentas bancarias: Adele tendrá que partir su fortuna por la mitad y compartirla con quien pronto será su exmarido.
Adele Adkins y Simon Konecki se conocieron en 2011 gracias a un amigo en común: el cantante Ed Sheeran. Entonces ella vivía su gran explosión profesional gracias al lanzamiento de su segundo álbum, 21, que se convirtió en un enorme éxito internacional. Una de sus escasas apariciones juntos tuvo lugar en 2012, cuando acudieron juntos a la entrega de los premios Grammy y ella logró seis estatuillas. Sin embargo, aunque se les vio juntos en el patio de butacas, ni en esa ni en ninguna otra ocasión posaron juntos ante los medios.
La pareja tuvo un hijo, Angelo, en octubre de 2012, y se casaron en 2016, algo que ella misma decidió contar durante un concierto en Australia. Según expertos abogados de pareja británicos consultados por el diario The Times, parece bastante probable que Adkins y Konecki no firmaran un acuerdo prematrimonial para dividir sus bienes. Por tanto, ahora tendrán que separarlos durante el proceso de divorcio, para el que han pedido privacidad y respeto. Según esas mismas fuentes, se calcula que la fortuna de la artista supera los 160 millones de euros, y que tendrá que dividirla al 50%. Sin embargo, la cifra puede depender de cuánto tiempo hayan vivido juntos antes de casarse.
No solo eso: cómo haya contribuido él a su carrera, sus logros artísticos y sus ganancias. «Adele podría reclamar que su propio talento es el principal, lo que significa que su marido recibiría significativamente menos dinero», explica la abogada especializada en divorcios Sandra Davis al Sunday Times.
ampliar fotoAdele y Simon Konecki, en los premios Grammy en febrero de 2012. GETTY IMAGES
No parece que el dinero sea una gran preocupación para Adele. Tiene tres discos de estudio (titulados 19, 21 y 25) que la han convertido en una de las mujeres más ricas de la industria en Reino Unido. En 2016 encabezó la lista de menores de 30 años más adinerados de su país; eso fue hace tres años, y entonces su fortuna ya se estimaba en unos 106 millones. «No hay ninguna mujer que esté incrementando tanto sus ganancias como Adele. Está superando incluso a jóvenes intérpretes masculinos», decía entonces el responsable de ese mismo listado.
«No vengo de un mundo de dinero. No es algo importante para mí», dijo una vez la intérprete para una entrevista con Vanity Fair. La cantante es de orígenes humildes y la crió su madre, soltera, en un apartamento. Su marido, en cambio (para el que este ha sido su segundo matrimonio y que tiene una hija del anterior), estudió en la elitista universidad de Eton y trabajó durante años en el banco de inversión Lehman Brothers para después montar la ONG Drop4Drop, que busca evitar la escasez mundial de agua y llevar suministros limpios a comunidades que sufran escasez.
El divorcio se dirimirá, probablemente, lejos de los juzgados y del foco mediático. Muy en la línea de lo que han hecho durante años con sus vidas. De hecho, es probable que, a no ser que la propia Adele quiera decir algo al respecto, ni quiera se sepa qué pase con su hijo y la custodia del pequeño o con su fortuna.
No es la primera demanda que vive Adele: uno de sus exnovios le pidió derechos de autor por haber sacado exitosas canciones gracias a su corazón roto. «Hiciste de mi vida un infierno, así que la he vivido y ahora me lo merezco», contestó ella entonces. «Pensó que tendría una aportación al proceso creativo por ser un capullo. Ya ha tenido su recompensa: me convirtió en adulta y me puso en marcha». Ahora queda esperar qué canciones trae Adele desde esta nueva madurez.