No debe causar sorpresa el hecho de que a la exjueza María Lourdes Afiuni le nieguen la salida del país para hacerse evaluaciones médicas. En realidad le están negando su derecho a la vida, pues como paciente oncológica requiere de una revisión muy especializada que, vamos a estar claros, ya no está disponible en Venezuela, por más que los médicos del país sean unos de los mejores del mundo.
El autor del calvario de esta mujer no es otro que Hugo Chávez y se sabe que se trató de una cuestión personal. Es por esto que hablar del caso Afiuni es muy importante en estos momentos cuando las miradas de la Corte Penal Internacional están pendientes del país, porque es uno de los mejores ejemplos de que el Poder Judicial recibe órdenes directas del Poder Ejecutivo, por lo que en Venezuela no hay sistema de justicia ni Estado de Derecho.
Fue apresada por una orden directa de Chávez, que pidió públicamente que se le impusiera la pena máxima. Ha sufrido las peores vejaciones, fue violada en el INOF y además sufrió un aborto. Menos mal que se hizo mucho ruido con este caso y por lo menos le otorgaron casa por cárcel. Pero el asunto es que, como todos los presos políticos del gobierno chavista, no ha cometido delito. Por el contrario, se confió tanto en que como juez se le respetaría su independencia y su apego a la normativa legal, que por eso dejó libre a Eligio Cedeño. Ese fue su error.
El asunto es que ahora tiene necesidad de pedir permiso para que un médico pueda examinarla fuera del país. El cáncer no es un juego y no espera; cada día que pasa sin que sea evaluada su condición puede ser tiempo perdido a favor de la enfermedad. La jueza que le negó la salida ni siquiera siente compasión y aunque no tiene excusa, lleva a pensar si tomó esta decisión para congraciarse con el gobierno del sucesor de Chávez. ¡Triste ejercicio del derecho!
Esa es la importancia de este caso porque, después de Afiuni, no hubo ni habrá juez que se atreva a tomar una decisión que contraríe al gobierno chavista. Se acabó la justicia imparcial. Los que crean que Maduro no se atreve a ser tan cruel como su antecesor, solo tienen que leer el oficio de respuesta a la petición de la exjueza. Simplemente se NIEGA. Así, en mayúsculas y escrito dos veces. Nada más importa.
¿Dónde quedan los principios de los jueces en Venezuela? ¿Por qué continúa el ensañamiento con Afiuni? ¿Quién se atreverá a decir basta en este caso? Sepan que hoy es ella, pero mañana puede ser cualquier otro el objeto del odio de los jerarcas chavistas.
Los que realmente creen que Venezuela está mejorando porque pueden comprar productos importados no reparan en que nada ha cambiado realmente. Sigue siendo un gobierno autoritario, sigue sin haber justicia y sigue sin haber libertad. No importa si los dólares circulan libremente, los bienes más preciados que les han arrebatado a los venezolanos son sus derechos, un terreno en el que el sistema de justicia tiene mucho que decir. Recapaciten y muestren un poco de humanidad.
Editorial de El Nacional