El empeño que ha puesto Miraflores para impedir la extradición de Alex Saab a Estados Unidos es directamente proporcional al miedo que le produce el hecho de que este personaje diga todo lo que sabe o por lo menos corrobore las sospechas del tribunal que acusa a Maduro y compañía de blanquear hasta 350 millones de dólares producto de la más grande corrupción del sistema cambiario alguno en Venezuela.
Han invertido mucho dinero en pagar un bufete dirigido por el famoso Baltazar Garzón, que centró su estrategia en atrasar el proceso de la entrega a las autoridades estadounidenses. Alex Saab fue detenido el 12 de junio de 2020 en Cabo Verde acatando una solicitud que manejaba Interpol, como debía ser. Desde entonces los abogados contratados por el gobierno venezolano para su defensa recurrieron a todos los recursos de apelación y los medios legales que les permitían las leyes de Cabo Verde para impedir la extradición. Pero el Tribunal Constitucional de esa nación ratificó la medida el 7 de septiembre pasado.
El gobierno de Maduro desde el principio ha politizado el caso penal para tratar de impedir que un testigo tan importante caiga en manos de la justicia y se voltee en su contra. Dijeron hace meses que Saab era personal diplomático venezolano, que iba por el mundo firmando contratos para abastecer al país de los insumos tan necesarios para las cajas CLAP. Casi un adalid de la justicia, el colombiano, que además, y como último recurso, fue nombrado por Jorge Rodríguez como miembro de la delegación del oficialismo que negociaba con la oposición una supuesta salida a la crisis que se vive en el país. Pero nada les resultó.
Y esa fue la represalia a ese avión que llegó el sábado a la capital de Cabo Verde y que aterrizó el mismo día en Estados Unidos con el preciado pasajero del chavismo. La delegación del gobierno de Nicolás Maduro suspendió las negociaciones que con la facilitación de Noruega pretendían llegar a una solución a la grave crisis venezolana. Esto lo que quiere decir simplemente es que a los chavistas lo único que les interesa es salvar su pellejo. Nunca aceptarán que son los autores de la debacle venezolana y tampoco están dispuestos a dejar que el país sea reconstruido. Esta es una prueba más de su mezquindad.
Y con respecto a Saab, lo que debe preocuparles realmente es que al señor se le garantiza un debido proceso en Estados Unidos. Tendrá derecho a la defensa e incluso podrá negociar para reducir una pena que podría ser de 20 años. Pero nada de eso será gratis, pues tendrá que ofrecer información y pruebas valiosas y debería declararse culpable de los cargos que le imputaría la Fiscalía del Distrito Sur de Florida.
Si esto llegase a ocurrir, ya el gobierno madurista no tendrá dónde ocultarse, pues el mundo sabrá que todas las acusaciones de corrupción, blanqueo de capitales y demás delitos son ciertos. Desbancaron a uno de los países más ricos de Latinoamérica y sumergieron a los venezolanos en un abismo.
Editorial de El Nacional