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El curioso origen de las copas de champagne

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El curioso origen de las copas de champagne

Pocas cosas hay mejores que degustar un buen trago de champagne o algún otro licor en refinadas copas de cristal durante celebraciones especiales; lo hacemos en las fiestas navideñas, en reuniones importantes o celebraciones familiares, sin detenernos a pensar en el origen de este cotidiano utensilio.

 

 

 

 

 

 

No muchas personas conocen esta curiosa leyenda que habla de las copas de Champagne en relación a uno de los personajes más famosos de la historia de Francia: María Antonieta, la esposa del rey Luis XVI y última reina de Francia que fue guillotinada junto con su esposo durante la Convención.

 

 

 

La femineidad de María Antonieta, última reina de Francia, despertaba alta admiración en su marido, el rey. Lo cierto, es que este no halló mejor modo de perpetuar los encantos de la doña que moldeando porcelana en sus pechos. Lo que resultó en una especie de delicado tazón donde verter, y beber, el afamado champagne francés. Sin embargo aunque esta es la versión más conocida de la historia, la anécdota se remonta a mucho tiempo atrás, antes de María Antonieta.

 

 

 

 

 

 

Se dice que durante la Edad Media, el monarca francés Enrique II exigió que sus copas tuvieran la forma de los pechos de Diane de Poitiers, su amante de la cual estaba muy enamorado. Otros sostienen que las primeras copas fueron producidas exactamente a semejanza del seno de la mismísima Helena de Troya y pueden observarse en el templo de la isla de Rodas, en Grecia.

 

 

 

 

 

Según dice la rumorología, la primera copa de champán fue elaborada en porcelana en el siglo XVIII. Fue ella misma (María Antonieta) quien encargó el regalo para su esposo, Luis XVI. Esta copa era más ancha que las normales y de escasa profundidad, muy parecidas a las que usamos hoy en día. La verdad es que no tenemos pruebas claras de que esto fuera así, son meras sospechas que han tejido poco a poco esta leyenda. Pero lo que sí es cierto, es que la última reina de Francia con final trágico en la guillotina, fue siempre una apasionada del champán.

 

 

 

 

Una historia más actual nos cuenta que una fábrica francesa especializada en la elaboración de vidrio, tomó como ejemplo el pecho de la famosa modelo Lee Miller, cuyos desnudos mostrados en las fotografías de Man Ray exhibieron su busto que fue inspiración para la ya mencionada empresa.

 

 

 

 

Así pues, leyenda o realidad, las copas de champán siguen teniendo hoy en día esa forma abierta y de poca profundidad con la que solemos brindar en nuestras celebraciones. Pero eso sí, es interesante conocer también la opinión de los enólogos. Son ellos quienes nos dicen que este tipo de copas no son precisamente buenas para beber champán, puesto que calientan el líquido al estar al aire libre, dejando escapar el gas y evitando así el poder apreciar verdaderamente su calidad. Lo mejor, es utilizar copas más altas y cerradas

 

 

 

 

 

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